La Lepra mendocina tocó el cielo con las manos. Tras conquistar la Copa Argentina, Independiente Rivadavia se metió en la Copa Libertadores por primera vez en sus 113 años de historia y, con esa clasificación, no solo escribió una página dorada en lo deportivo: también se aseguró una fortuna.
El nuevo sistema de premios de la Conmebol garantiza a cada club un millón de dólares por partido jugado en la fase de grupos, sin importar los resultados. Eso significa que el conjunto azul ya tiene asegurados al menos 6 millones de dólares, solo por participar en la “Gloria Eterna 2026”.
A esa cifra se le pueden sumar bonos adicionales de 330 mil dólares por cada triunfo y montos crecientes en las fases finales: 1,25 millones por avanzar a octavos, 1,7 millones en cuartos, 2,3 millones en semifinales, 7 millones para el subcampeón y 23 millones para el campeón. Una campaña soñada podría dejarle al club más de 36 millones de dólares en premios.
Más allá de la ilusión deportiva, el impacto económico es monumental. Independiente Rivadavia, que en 2023 logró su histórico ascenso a Primera, vivirá ahora su primera experiencia internacional con una inyección de dinero inédita y una visibilidad continental que transformará su estructura institucional.
Partidos televisados a todo el continente, venta de entradas, derechos comerciales y exposición mediática completan un combo que convierte esta clasificación en un antes y un después para el fútbol mendocino.