La mañana del jueves en Santa Fe amaneció sacudida por una noticia que sorprendió al mundo del fútbol. La casa del delantero de Unión, Cristian Tarragona, fue allanada por fuerzas policiales en el marco de una investigación internacional por presunta tenencia de material de abuso sexual infantil.
El operativo, llevado a cabo por la Agencia de Trata de Personas y la Policía de Investigaciones (PDI), se realizó en la vivienda que el futbolista ocupa en el distrito costero de Alto Verde. Según trascendió, Tarragona se encontraba en el lugar junto a familiares y se preparaba para asistir al entrenamiento cuando se desarrolló el procedimiento.
La causa, denominada “Escudo por la Infancia”, busca desarticular redes internacionales vinculadas a la explotación infantil y al intercambio de material ilegal a través de internet. En el domicilio se secuestraron varios dispositivos electrónicos que serán sometidos a peritajes.
Fuentes judiciales confirmaron que no hubo detenidos ni imputaciones hasta el momento. Sin embargo, el procedimiento se enmarca dentro de una investigación global en la que intervienen organismos nacionales e internacionales.
Horas más tarde, el Club Atlético Unión emitió un comunicado en el que explicó que “el operativo, que tuvo como objetivo la verificación técnica de un dispositivo electrónico (router), se desarrolló con total normalidad”, y aclaró que “no existe ninguna medida de restricción ni imputación respecto del jugador ni de ningún integrante de su familia”.
La investigación continúa bajo las órdenes del fiscal Ignacio Suasnábar, mientras el entorno del delantero intenta mantenerse al margen de una causa que conmocionó al ambiente del fútbol santafesino.