El astro portugués Cristiano Ronaldo y el combinado de Portugal celebraron la buena noticia que indica que la sanción fue reducida y el ídolo podrá decir presente en el inicio de la próxima Copa del Mundo 2026 que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá.
El Comité de Disciplina de la FIFA informó oficialmente que la pena será de una sola fecha, derivada del codazo que significó la primera roja del goleador con su país. La decisión generó alivio porque en la previa se discutía la chance de una suspensión extensa. En tanto, los dos partidos restantes quedarán supeditados a su buena conducta.
Durante varios días se evaluó la posibilidad de un castigo de hasta tres encuentros, tal como marca el reglamento, lo que lo habría dejado sin buena parte de la fase inicial, algo similar a lo que le ocurrirá a Nicolás Otamendi. Finalmente, el organismo aplicó un criterio más flexible y el delantero ya purgó la sanción en el 9 a 1 ante Armenia, quedando habilitado para enfocarse en 2026.
El comunicado oficial de FIFA confirmó la noticia y explicó cómo se procederá respecto de los dos partidos restantes: “De conformidad con el artículo 27 del Código Disciplinario de la FIFA, la suspensión de los dos partidos restantes se ha suspendido durante un año. Si Cristiano Ronaldo comete otra infracción de naturaleza y gravedad similares durante el período de prueba, la suspensión establecida en la decisión disciplinaria se considerará automáticamente revocada y los dos partidos restantes deberán cumplirse inmediatamente en el/los siguiente(s) partido(s) oficial(es) de la selección portuguesa. Esto se entiende sin perjuicio de las sanciones adicionales impuestas por la nueva infracción".
El reglamento disciplinario detalla este tipo de situaciones con firmeza. El artículo 14 del Código de la FIFA indica: "al menos tres partidos o un periodo de tiempo adecuado por agredir (se incluye propinar codazos, puñetazos, patadas o mordiscos; escupir o golpear) a un adversario u otra persona que no sea un oficial de partido", una definición que suele ser la referencia para estas resoluciones.
La acción que desencadenó toda la polémica ocurrió a los 60 minutos del duelo que Irlanda ganó 2-0. En esa jugada, el atacante del Al-Nassr intentó zafarse de la marca de Dara O'Shea y terminó lanzando un codazo por la espalda, gesto que el árbitro sancionó con tarjeta roja directa.