River comenzó una nueva etapa económica y deportiva. Stefano Di Carlo, flamante presidente del club, anunció una transformación en los contratos del plantel profesional: a partir de ahora, solo el 60% del salario será fijo, mientras que el restante 40% dependerá de la productividad del jugador.
La medida busca poner freno a los elevados sueldos y refuerzos que no rindieron en los últimos años, en medio de un semestre donde los resultados y la eficiencia futbolística dejaron dudas. Según la dirigencia, la estructura de remuneraciones estará ligada a minutos jugados, rendimiento, goles, títulos obtenidos y clasificación a competiciones internacionales.
El cambio no será retroactivo: los contratos actuales se mantendrán bajo las condiciones previas, pero las renovaciones, incorporaciones y juveniles deberán adaptarse al nuevo esquema. Con un plantel históricamente costoso y la posibilidad de no disputar la Copa Libertadores 2026, la medida apunta a reducir la masa salarial y ordenar las finanzas de manera inmediata.
Desde Núñez anticipan que el próximo mercado de pases será austero, con más bajas que incorporaciones, y que la Secretaría Técnica podría redefinir su rol, cediendo parte de las decisiones a Marcelo Gallardo y Mariano para optimizar recursos y rendimiento. River empieza así a ligar la billetera con la cancha, en un intento por recuperar control y eficiencia deportiva.