Después de varios días de silencio público, Juan Sebastián Verón decidió romper el hermetismo y salir a marcar la cancha frente a la durísima sanción que la AFA aplicó a Estudiantes por el pasillo de espaldas a Rosario Central. Y lo hizo sin medias tintas: con el carácter que lo acompañó toda su carrera y con la convicción de que el Pincha quedó en el centro de una maniobra política que excede largamente lo deportivo.
“La bajeza de amenazar a una institución de que el año que viene la va a pasar mal me parece que no son las formas”, lanzó la Brujita, visiblemente molesto y apuntando contra la cúpula de Viamonte. Y no se quedó ahí: “Es grave la amenaza a una institución y a un dirigente en un ámbito que no corresponde. No terminan bien estas cosas, puede terminar con un descenso, con malos arbitrajes”. El mensaje, directo y sin rodeos.
La tensión había explotado después de que el Tribunal disciplinario suspendiera a los once jugadores que participaron del pasillo simbólico y castigara a Verón con seis meses de inhabilitación. Y mientras desde AFA sostenían la sanción como una respuesta institucional, en La Plata la leyeron como un castigo ejemplificador y un intento de disciplinar al club tras haberse opuesto al título que se le otorgó a Rosario Central.
Verón explicó por qué eligió hablar recién ahora: “Si hablamos de una conducción seria, de un campeonato serio, no se pueden dar este tipo de chicanas donde se les falta el respeto a una institución o se la amenaza”. Y reveló que tanto él como miembros del plantel recibieron mensajes intimidatorios luego de que Estudiantes cuestionara la forma en que se otorgó la estrella al Canalla.
Sobre la postura del club en la recordada reunión de Comité Ejecutivo, la Brujita fue categórico: “Lo que se puso a consideración no estaba en la orden del día. Se convocó para hablar del nuevo torneo y del reglamento del playoffs. Lo otro viene impuesto sobre un campeonato que ya había empezado”. Para él, lo ocurrido fue una modificación a destiempo, disfrazada de reconocimiento.
Verón también apuntó al origen del pasillo de espaldas: “Hay momentos en los que uno se tiene que manifestar y el club lo hizo en una situación anormal”. Y volvió a remarcar que la postura no fue contra Rosario Central: “A Central hay que reconocerle que es un gran club. Pero el torneo se lo dieron sin que estuviera en juego. Si se informaba desde el principio, todos hubieran tomado otra postura”.
El mandamás albirrojo descartó tener aspiraciones políticas dentro de la AFA y dijo que su única agenda es Estudiantes. “Me interesa que los clubes sean más fuertes, que los campeonatos sean mejores, que las formativas crezcan. Pero no quiero ser presidente de la AFA”, afirmó, al tiempo que aseguró sentirse respaldado por la dirigencia del León y buena parte del ambiente del fútbol.
En La Plata, mientras tanto, el club ya prepara su defensa formal y evalúa cada paso con lupa. El clima político no ayuda y, según dejó entrever Verón, el Pincha sabe que deberá caminar sobre terreno minado. Pero la Brujita ya dejó claro que no piensa agachar la cabeza.