El 6-0 ante Fluminense retumbó en todo Brasil. São Paulo recibió una de las peores goleadas de su historia, quedó expuesto en el Maracaná y la presión se disparó sobre Hernán Crespo, señalado por buena parte de la torcida paulista tras una noche que dejó heridas profundas.
Aunque el equipo está lejos del descenso, ocupa el octavo puesto, en zona de clasificación a la Sudamericana 2026, el derrumbe futbolístico sacudió la estructura que el entrenador argentino venía construyendo desde su regreso al club en junio. Sin embargo, lejos de esquivar el impacto, Crespo dio la cara y se plantó con un mensaje directo: quiere seguir.
En la conferencia posterior al golpe, Valdanito fue categórico: “La idea es seguir adelante y planificar el futuro, porque tengo que creer y confiar”, afirmó. Incluso en medio de la tormenta, el DT recalcó su compromiso emocional con el gigante paulista: “No puedo explicar por qué le tengo tanto cariño a São Paulo, pero es así. Quiero lo mejor para el club y creo que puedo ser parte de la solución.”
Con la sinceridad que lo caracteriza, Crespo también dejó una frase que descomprimió la sala: “Cuando la directiva decida que no puedo ayudar, me iré… o me despedirán por segunda vez”, bromeó, generando risas entre los periodistas.
El exdelantero de la Selección remarcó que siempre mantuvo los pies sobre la tierra, incluso cuando el equipo encadenó buenos resultados semanas atrás. Y volvió a recordar un punto clave de su carrera: “Como jugador y como entrenador siempre intenté competir en todos los frentes. Soy uno de los pocos que ganó en tres continentes diferentes, por eso creo que puedo reconstruir.”
São Paulo tendrá revancha rápido: el miércoles, en Vila Belmiro, buscará recuperar el pulso ante Internacional. Crespo, pese al golpe más duro de su ciclo, ya eligió su camino: seguir creyendo, seguir confiando y pelear por levantar al Tricolor.