La previa del sorteo del Mundial 2026 sumó un capítulo inesperado y explosivo: la Federación de Irán anunció que no enviará representantes al evento del 5 de diciembre en Washington luego de que Estados Unidos negara los visados a parte de su delegación. La decisión desató un fuerte reclamo político en pleno escenario deportivo.
Desde Teherán, el portavoz Amir Mehdi Alavi confirmó que informaron a la FIFA que el motivo de la ausencia “no es deportivo”, sino una consecuencia directa de una política exterior que, según denuncian, impide la participación iraní en un evento clave del fútbol mundial.
En paralelo, el presidente de la federación, Mehdi Taj, exigió al organismo que preside Gianni Infantino que intervenga para separar el conflicto diplomático de una ceremonia que definirá la suerte de todas las selecciones clasificadas. Hasta el momento, la FIFA no emitió declaraciones oficiales ni anticipó gestiones para garantizar la presencia de Irán.
El trasfondo vuelve a poner sobre la mesa un enfrentamiento que lleva más de cuarenta años entre ambos países, con tensiones nucleares, escaladas militares y un diálogo bilateral prácticamente roto. La elección de Washington como sede del sorteo solo profundizó un choque que ahora amenaza con impactar también en lo deportivo.
Irán, que selló su clasificación en marzo para disputar su séptimo Mundial entre Canadá, Estados Unidos y México, ya marcó una postura firme. En Teherán aguardarán cómo responde la FIFA, mientras el ruido político vuelve a eclipsar a la pelota en la antesala de la gran cita de 2026.