Novak Djokovic lo hizo otra vez. En una final intensa y cambiante, el número uno histórico del tenis moderno venció al italiano Lorenzo Musetti por 4-6, 6-3 y 7-5 y se consagró campeón del ATP 250 de Atenas, sumando así el título número 101 de su extraordinaria carrera.
El serbio, que había arrancado en desventaja, mostró toda su jerarquía para revertir el marcador tras casi tres horas de juego. Musetti, fiel a su estilo combativo, llegó a quebrar el saque del serbio cuando éste servía para partido, pero la experiencia de Djokovic fue determinante: recuperó el control en los puntos decisivos y selló el triunfo con un cierre impecable.
El torneo, organizado en parte por su familia, tuvo un condimento especial para “Nole”: significó su segundo trofeo de la temporada, tras el de Ginebra, y el regreso al cuarto puesto del ranking mundial. Una muestra más de que, pese a los años, su hambre de gloria sigue intacto.
Sin embargo, no todo fue celebración. Minutos después del festejo, Djokovic anunció que no participará en el ATP Finals de Turín debido a una lesión que lo aqueja desde hace semanas. “Tenía muchas ganas de competir, pero necesito recuperarme. Gracias a todos por el apoyo, volveré pronto”, publicó el serbio en sus redes sociales.
A sus 38 años, Novak Djokovic sigue escribiendo capítulos dorados en la historia del tenis. Su vigencia, su carácter y su voracidad competitiva lo mantienen como una leyenda viva, capaz de seguir conquistando títulos y dejando huella en cada cancha que pisa.