El fútbol argentino vuelve a sacudirse por un nuevo episodio de violencia en las tribunas. Esta vez, el escenario fue el estadio Nuevo Francisco Urbano, donde Deportivo Morón recibió una fuerte sanción tras los graves incidentes registrados durante el partido frente a Chacarita, por la Primera Nacional.
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) resolvió clausurar las tribunas populares del estadio por los próximos tres partidos como local. Además, solo se permitirá el ingreso de socios activos con identificación, como parte de un intento por frenar el accionar de las facciones violentas que siguen manchando el deporte.
El informe oficial detalla múltiples fallas en el operativo de seguridad del pasado sábado, cuando grupos internos de la barra del “Gallo” protagonizaron enfrentamientos entre facciones, además de incidentes contra espectadores comunes y la policía. Desde la popular, se arrojaron piedras hacia los efectivos, lo que derivó en represión con balas de goma y al menos una decena de heridos.
El operativo contaba con 312 efectivos policiales, pero no logró controlar el avance de los violentos hacia sectores que deberían haber estado restringidos. La platea, habitualmente destinada a público neutral o familiar, fue otro de los focos del conflicto.
En su resolución, Aprevide también intimó a la dirigencia del club a identificar y sancionar a los responsables de los disturbios. “Siempre terminan perjudicando a los hinchas genuinos”, se quejaron dos directivos del club, sorprendidos por la magnitud del castigo.
Por el momento, la sanción no afecta los partidos de Copa Argentina que el club dispute en ese escenario, pero sí limita severamente el aforo en sus próximos tres compromisos de liga.
Mientras tanto, desde la comisión directiva se comprometieron a trabajar con las autoridades para garantizar un entorno seguro. Sin embargo, el episodio vuelve a exponer una problemática que se repite en varias canchas del ascenso argentino: violencia, barras y operativos desbordados.