El Santos de Neymar vivió este domingo una de sus jornadas más oscuras en 98 años. El equipo paulista cayó 0-6 ante Vasco da Gama en el estadio Morumbis de São Paulo, en un partido que quedará marcado tanto por la goleada como por la imagen del astro brasileño llorando en el campo de juego.
La mayor goleada que Vasco le propinó al Santos en la historia del club, y la más abultada sufrida en casa por el Peixe en el Campeonato Brasileño, reflejó la crisis que atraviesa el equipo, que lucha por escapar de la zona de descenso. Philippe Coutinho brilló con dos goles, mientras que Lucas Piton, Rayan, David y Tché y Tché completaron el marcador. Cinco de estos tantos llegaron en los primeros minutos del segundo tiempo, con algunas anotaciones consideradas golazos.
Neymar jugó los 90 minutos como en sus últimos compromisos, pero fue una sombra de aquel ídolo que brilló en Barcelona y PSG. La derrota lo dejó visiblemente afectado y fue consolado por el técnico rival, Fernando Diniz, al finalizar el partido. Las lágrimas del astro marcaron el clima del encuentro y la impotencia de un club históricamente grande que hoy lucha por no descender.
La goleada tuvo consecuencias inmediatas: la dirigencia del Santos decidió despedir a Cléber Xavier tras el fracaso deportivo. El equipo, que se ubica decimoquinto con 21 puntos, sigue en la mira de sus perseguidores en la tabla, mientras Vasco suma confianza y escala al decimosexto lugar con 19 unidades.
El Morumbis, con 53.000 espectadores, vivió un partido atípico: muchos aficionados abandonaron el estadio antes del final o le dieron la espalda a su equipo, decepcionados por la humillación y la inesperada vulnerabilidad del Peixe, que enfrenta una crisis sin fin.