Marcos Rojo habló desde la sala de conferencias de Racing sobre su salida de Boca, lo hizo en el programa F90 de Espn después de haber debutado y sido expulsado en la serie estreno por Copa Libertadores con la camiseta del club de Avellaneda.
“Marcos R”, como se rebautizó como un gusto tribunero de su propio nuevo técnico Gustavo Costas, fue claro y cronológico con los hechos que desencadenaron en su salida, ratificó todas las informaciones periodísticas conocidas, aunque obvió algunas formas, algunos términos propios entre él y el propio cuerpo técnico de Miguel Ángel Russo.
Según la palabra del futbolista, fue el orientador Xeneize quien le dijo en la cara, previo al debut de su ex club en el Mundial de Clubes en Estados Unidos que “ya no tenía la edad ni el nivel para jugar”.
Siempre según la palaba del ex integrante de la Selección Argentina, respondió que “lo entendía, pero que al regreso a la Argentina quería solucionar su salida porque pretendía seguir jugando”. Pasó el empate con Benfica, se venía el Bayer Münich y Ayrton Costa se encontraba con dolencias físicas, fue en ese momento que el técnico lo consultó nuevamente al ex Estudiantes de La Plata respecto a su disponibilidad. “Le respondía que estaba bien, que estaba ahí para jugar si lo necesitaba. Entrené con los titulares y al otro día, cuando vamos a la charla me doy cuenta que otra vez estaba afuera”.
La pelea final
Aún con chances matemáticas de clasificar, Boca preparaba el tercer partido con el Auckland City de Nueva Zelanda. Costas había terminado desgarrado con los alemanes, Marco Pellegrino transitaba las últimas horas de recuperación de un desgarro sufrido en Huracán y como que no había muchas posibilidades para que Rojo no sea parte del 11.
“Me veía con chances de jugar en el último partido. El día previo le pido a los médicos no entrenar porque estaba cargado de unos trabajos físicos que hicimos los que no habías jugados contra el Bayer. Ahí medio que Miguel se enojó, se enojó mucho. Discutimos y me di cuenta que ya no iba a jugar más con él”, completó su relato el marcador central.
Lo que siguió fue una charla con el ex Consejo de Fútbol, entonces todavía en funciones, para pedirles por su salida de la institución. Sin embargo, al culebrón le quedaba todavía el capítulo del predio de Ezeiza, cuando Rojo quedó excluido de una charla de vestuario, por el conflicto del cambio de Miguel Merentiel en cancha de Huracán por el Clausura, cuando hubo una falta de respeto de su parte hacia Claudio Ubeda, el principal colaborador de Russo en el banco de suplentes.