En el deporte de alta competencia, muchas veces los partidos se definen por detalles mínimos. Esos pequeños factores que marcan la diferencia entre la victoria y la derrota.
En este contexto, cada vez cobra más relevancia el cuidado integral del deportista, y no solo desde el entrenamiento físico o la táctica, sino también desde aspectos menos visibles como la psicología, la neurociencia y, especialmente, la nutrición personalizada.
En esta entrega, conocemos la visión del médico genetista Jorge Dotto, quien trabaja junto a la nutricionista Florencia Pino, especializada en nutrición deportiva en Inglaterra. Juntos desarrollan un plan estratégico que permite a los atletas optimizar su rendimiento a partir del conocimiento de su genética y sus necesidades nutricionales específicas.
“Un deportista profesional no puede estar pensando durante un partido si le duele la panza por una intolerancia alimentaria”, explica Dotto. Y agrega: “La clave es anticiparse, entender cómo responde su cuerpo y adaptar la alimentación para que, al momento de competir, su mente esté 100% enfocada en el juego”.
Desde identificar intolerancias como la histamina o la lactosa, hasta definir la estrategia previa a un partido, el trabajo de este equipo demuestra que el alto rendimiento no se trata solo de talento y entrenamiento, sino también de conocimiento, ciencia y prevención.