River tuvo la victoria casi asegurada, pero un error en los segundos finales le permitió a Lanús rescatar un empate 1-1 en el Sur. El Millonario abrió el marcador gracias a Montiel, tras una buena jugada de Galoppo que bajó el centro de Quinteros, y parecía encaminado a sumar de a tres. Sin embargo, la última pelota del encuentro fue para el Granate: una pérdida de Montiel y un retroceso tibio de la defensa sellaron el empate.
Gallardo había apostado a una formación mixta, combinando titulares y suplentes. Esto condicionó el juego: River fue irregular, con pocas ideas en ataque y sin capacidad para sostener el resultado. Los ingresos de Driussi y Maxi Salas le dieron más dinámica y energía al equipo, y Salas terminó siendo uno de los puntos más altos con remates de media distancia y presencia ofensiva.
Otro aspecto positivo fue la dupla central inédita Portillo-Rivero, que respondió con solvencia en defensa. Ambos jugadores mostraron firmeza en los cruces y seguridad aérea, dejando en evidencia que pueden ser una alternativa confiable para el futuro. También se destacó la tarea de Giuliano Galoppo, que aportó sacrificio y presencia en la mitad de la cancha y asistió en la jugada del gol.
En cambio, otros jugadores no lograron estar a la altura. Sebastián Boselli, Miguel Borja y Facundo Colidio volvieron a mostrar falencias en ataque y despliegue, dejando dudas sobre su aporte en el equipo. Kevin Castaño, aunque mejoró en marca y distribución, sigue sin ser un cinco natural y pagó caro en la jugada del empate.
El empate refleja la síntesis del 2025 para River: resultados que sostienen al equipo en torneos y tablas, pero un juego que sigue sin ofrecer garantías. La sensación en Núñez es clara: se suman puntos, pero el rendimiento deja alarmas. Como ya ocurrió ante Libertad en la Libertadores, el Millonario sobrevive en resultados, pero no convence en el juego.
Ahora, la atención se traslada al cruce por la Copa Argentina ante Unión, donde Gallardo tendrá que resolver dudas las dudas del equipo.