River consiguió un triunfo sólido en el Monumental frente a San Martín de San Juan por 2 a 0 y una de las noticias destacadas fue el regreso de Salas a la titularidad y al gol. El atacante de 27 años, que se ganó la confianza de Martín Demichelis, aprovechó la chance y volvió a convertir, en la antesala de un cruce que promete alto voltaje: los cuartos de final de la Copa Argentina frente a Racing, su ex club.
Consultado sobre lo que significa enfrentar a la Academia por primera vez desde su salida, Salas bajó los decibeles y optó por la calma: “Es un partido más. El que gana pasa a semifinales. Estoy muy tranquilo, dejé todo en Racing y ahora estoy enfocado acá”, señaló con sobriedad en conferencia de prensa.
El morbo está instalado desde que River eliminó a Unión en octavos y el sorteo decretó el choque con Racing. La razón es conocida: Salas se marchó de Avellaneda en medio de una fuerte polémica, cuando la dirigencia millonaria ejecutó la cláusula de rescisión de 8 millones de euros para quedarse con el goleador. Una maniobra legal, pero que dejó heridas abiertas en el club de Avellaneda y desató la furia de Diego Milito y de gran parte del mundo celeste y blanco, que lo sintieron como una traición a los códigos del fútbol argentino.
Salas, en cambio, se mostró ajeno a ese ruido y eligió enfocarse en el presente. “Estoy contento por volver al gol. El equipo hizo un gran partido y ahora pensamos en lo que viene”, agregó. Lo cierto es que, más allá de sus declaraciones conciliadoras, el reencuentro con Racing promete ser un partido aparte: para los hinchas, para la dirigencia y para él, que será protagonista de un capítulo cargado de historia reciente.