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Jueves 18 de Diciembre, Neuquén, Argentina
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Balas, silencio y misterio: el crimen que sacudió al fútbol ecuatoriano

Mario Pineida, jugador de Barcelona de Guayaquil, fue asesinado en un ataque armado sin robo, sin detenidos y con una escena contaminada que abre más preguntas que certezas.

Jueves, 18 de diciembre de 2025 a las 13:14
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Mario Pineida, defensor de Barcelona de Guayaquil, fue asesinado en un ataque armado que investiga la policía ecuatoriana.

El fútbol ecuatoriano está de luto y rodeado de interrogantes. El asesinato de Mario Pineida, defensor de Barcelona Sporting Club, no solo conmocionó al deporte sudamericano, sino que dejó al descubierto un crimen atravesado por el misterio, el silencio y una investigación que, por ahora, avanza entre sombras.

El ataque ocurrió el miércoles por la tarde, cerca de las 15.50, en el norte de Guayaquil. Pineida se encontraba en un local comercial junto a dos mujeres cuando fue sorprendido por hombres armados que abrieron fuego sin mediar palabra. El futbolista y una de las acompañantes murieron en el lugar. La tercera persona, su madre según confirmaron fuentes policiales, resultó herida y fue trasladada a un centro de salud, donde quedó fuera de peligro.

Desde el primer momento, una hipótesis tomó fuerza: no hubo intento de robo. Nada fue sustraído del lugar y la mecánica del ataque reforzó la sospecha de un atentado planificado. “Se puede decir que fue un ataque dirigido”, afirmó el coronel Edison Palacios, uno de los voceros policiales que intervino en el caso.

Los agresores, que se movilizaban en motocicletas, escaparon rápidamente tras efectuar los disparos. Hasta el momento no hay detenidos ni identificaciones oficiales, y las motivaciones del crimen siguen siendo un interrogante central para los investigadores.

A la brutalidad del hecho se sumó un elemento clave que podría complicar la causa: la escena del crimen quedó seriamente contaminada. Videos que circularon en redes sociales mostraron durante largos minutos los cuerpos de las víctimas sin ser cubiertos, rodeados de curiosos y personas ajenas a la investigación. Incluso compañeros de Pineida se hicieron presentes en el lugar antes de que la zona fuera completamente preservada, lo que encendió alertas sobre la posible pérdida de pruebas fundamentales.

Barcelona Sporting Club confirmó horas más tarde el fallecimiento del jugador mediante un comunicado oficial, expresó su acompañamiento a la familia y decretó luto institucional. Pineida, de 33 años, era una pieza habitual del plantel y una figura reconocida del fútbol ecuatoriano.

El crimen se conoció además en un contexto sensible para el club. Días antes, el presidente Antonio Álvarez había hecho pública una carta en la que denunciaba conflictos internos, deudas salariales y amenazas recibidas por jugadores del plantel profesional, aunque sin mencionar nombres. Ese dato, sin establecer vínculos directos, sumó un nuevo manto de inquietud alrededor del caso.

La muerte de Pineida no es un hecho aislado. En los últimos meses, el fútbol ecuatoriano se vio golpeado por una serie de episodios violentos que encendieron alarmas. El asesinato del juvenil Miguel Nazareno, de apenas 16 años, y los crímenes de otros futbolistas en distintas regiones del país trazan un escenario preocupante.

Mientras avanza la investigación, el fútbol vuelve a quedar expuesto ante una realidad que excede las canchas. Balas, silencio y preguntas sin respuesta rodean un crimen que dejó al deporte ecuatoriano de luto y a la espera de justicia.

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