El tiempo terminó dándole la razón. Eduardo Domínguez fue elegido como el mejor director técnico de la temporada 2025 y cerró un año que lo encuentra en la cima de su carrera, respaldado por resultados, títulos y un proceso que resistió críticas, dudas y cuestionamientos internos y externos.
El Barba, entrenador de Estudiantes, fue el gran ganador de la encuesta realizada por un diario deportivo para elegir al mejor DT del año. Con el 68,98% de los votos, se impuso con claridad sobre Gustavo Costas, la dupla Orsi-Gómez y Mauricio Pellegrino, en una elección que reflejó lo que ya marcaban los números y el palmarés.
El recorrido no fue lineal. Durante buena parte del año futbolístico, Domínguez convivió con murmullos, reproches y pedidos de cambio desde las tribunas y algunos sectores del periodismo. Sin embargo, nunca se movió de su eje. Con calma, convicción y profesionalismo, explicó una y otra vez que su trabajo respondía a un proceso y que no iba a modificar sus formas por uno o dos malos resultados.
El cierre del año fue la mejor respuesta. Estudiantes se consagró campeón del Torneo Clausura y del Trofeo de Campeones, alcanzó los cuartos de final de la Copa Libertadores y aseguró su clasificación a la edición 2026 del máximo certamen continental. Dos títulos y presencia internacional para un equipo que terminó siendo competitivo en todos los frentes.
En total, Domínguez dirigió 51 partidos durante la temporada, con un saldo de 22 victorias, 10 empates y 19 derrotas. Más allá de las estadísticas, el Pincha mostró una identidad clara, carácter en las finales y una solidez que apareció en los momentos decisivos.
El reconocimiento también llega en un momento clave: en las últimas horas, el entrenador renovó su contrato con el club, ratificando un vínculo que se fortaleció a partir de los logros y la confianza mutua. Estudiantes apostó a la continuidad y Domínguez respondió con resultados.
El 2025 no solo dejó títulos en La Plata. También consolidó al Barba como uno de los entrenadores más respetados del fútbol argentino, alguien que construyó prestigio a base de trabajo, convicción y paciencia. Cuando muchos dudaban, él sostuvo el rumbo.