El fútbol argentino quedó en el centro de la escena, pero no por lo que pasa dentro de la cancha. La AFA y la Superliga fueron intimadas por el Gobierno nacional para que den explicaciones formales sobre sus balances contables, luego de que la Inspección General de Justicia detectara inconsistencias en cifras millonarias que no habrían convencido a los organismos de control.
A través del Ministerio de Justicia, el Ejecutivo anunció que exigirá a ambas entidades que respondan una serie de observaciones vinculadas a sus estados financieros. La medida se da en el marco de una investigación por presunto lavado de dinero y apunta directamente al manejo económico del fútbol profesional argentino.
Según informó oficialmente la Secretaría de Justicia, los montos bajo análisis superan los 111 millones de dólares en el caso de la AFA y los 340 millones de dólares en el de la Superliga. Cifras que encendieron las alarmas y derivaron en una intimación formal para que se aporten explicaciones y documentación respaldatoria, tal como se exige a cualquier persona jurídica privada registrada.
En el caso puntual de la AFA, la IGJ también solicitó información sobre gastos e inversiones vinculadas con actividades que no estarían contempladas dentro de su objeto social. Desde el Gobierno remarcaron que se trata de una asociación civil sin fines de lucro, condición que impone límites claros sobre el destino de los fondos.
“Nadie está por encima de la Ley ni tiene privilegios”, fue la frase elegida por la Secretaría de Justicia para fijar postura. El mensaje apuntó directamente a marcar que tanto la AFA como la Superliga deben cumplir con los mismos requisitos y controles que cualquier otra asociación o fundación.
El inspector general de Justicia, Daniel Vítolo, reforzó esa línea y sostuvo que el fútbol no puede quedar al margen de las normas que rigen para el resto de las instituciones. La advertencia es clara: el negocio más popular del país deberá rendir cuentas y explicar números que hoy generan más preguntas que certezas.
El fútbol argentino, una vez más, quedó expuesto fuera del campo de juego y ahora deberá dar respuestas ante la Justicia.