Hace apenas unos meses, Arabela Carreras aseguraba que ella era una de las fundadora de Juntos Somos Río Negro y ratificaba su pertenencia al partido provincial que la llevó al gobierno en 2011. Pero pasaron cosas. Su obseción por ser intendenta en Bariloche y el mazazo que recibió en su ciudad terminó con ella afuera de todo, hasta del partido del que aún es vicepresidenta, un cargo sin responsabilidades ni funciones efectivas, como quedó demostrado en su faltazo a la convocatoria de Alberto Weretilneck para arengar a los dirigentes en búsqueda de votos para la candidatura a diputado Nacional de Luis Di Giacomo.
Luego de la derrota del 3 de septiembre ante el cuestionado sindicalista Walter Cortés, Carreras desapareció. Apenas tuvo un par de apariciones públicas fuera de la provincia y una por Zoom en la que expuso ante los intendentes la compleja situación financiera de la provincia ante la reducción de la coparticipación Federal por la eliminación del impuesto a las ganancias y el IVA en los alimentos.
Todos la esperaban en Cipolletti, donde el gobernador electo Weretilneck convocó a los dirigentes partidarios para mostrarles cuál iba a ser la estrategia para la casi utópica misión de juntar votos para que Di Giacomo renueve su banca en el Congreso. La invitación llegó a destino pero en los días previos nadie de su entorno confimó la presencia. Tampoco atendieron el teléfono o contestaron los mensajes para saber el por qué de su ausencia.
Sin dudas que Carreras no tiene ganas de dar explicaciones y mucho menos escuchar planteos. La estrategia electoral de Weretilneck y el intendente Gustavo Gennuso en Bariloche no era que ella dispute la intendencia. Sin embargo la gobernadora se encaprichó y midió fuerza adentro de Juntos. Sin dudas que algo iba a tener que decir ante sus pares, por eso evitó exponerse.
Cómo dice el refrán popular, "el que se fue de Sevilla perdió su silla". En este caso, al frente del salón ese lugar duró apenas unos minutos libre, cuando quedó evidenciado que la actual gobernadora no iba a presentarse, a la izquierda de Weretilneck se sentó Elbi Cides, uno de sus alfiles y presidente del Movimiento Patagónico Popular. Los otros que estuvieron al lado del actual senador fueron el diputado Nacional y candidato para reelegir, Di Giacomo; el vicegobernador, Alejandro Palmieri; el presidente del bloque en la Legislatura, Facundo López y el diputado Nacional, Agustín Domingo.
Estaba invitada y no vino
Voceros de Juntos sólo se limitaron a asegurar que "estaba invitada y no vino" y evitaron hacer cualquier lectura más allá de "el análisis es ese". La que deberá dar explicaciones es la mandataria y vicepresidenta de Juntos, quien claramente en su retirada también incluyó hacer un paso al costado en la vida partidaria.
Las lecturas pueden ser varias, sus diferencias con Weretilneck están claras desde hace tiempo. También se suma que, como en su momento no estuvo de acuerdo con la candidatura de Di Giacomo (impulsaba Palmieri) y tampoco participó en la campaña para las PASO, ahora también está dispuesta a dejar solo al candidato puesto a dedo por el cipoleño.
Esta interna entre la actual gobernadora y el gobernador electo atenta contra los rionegrinos. A Carreras le quedan 78 días como mandataria y su falta de poder se evidencia en la gestión con falencias en todas las áreas, sobre todo en Seguridad, Salud y Educación, y con los presupuestos agotados.
En el medio de este difícil panorama, aún queda por delante una transición en la que habrá un recambio masivo de funcionarios y aquellos que se quedaron del lado incorrecto en la interna, tienen los días contados para rosquear y poder al menos a aspirar a quedarse dentro de la enorme caja laboral que es el estado provincial.