En el marco de la Argentina Oil & Gas Expo 2025 , el exministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual consultor en temas energéticos, Álvaro Ríos Roca , ofreció una visión estratégica sobre la integración del gas en Sudamérica, en su paso por el stand de Mejor Energía. En ese contexto, no solo advirtió que su país pasará a importar gas argentino a partir de 2028, sino que también enfatizó que la clave para una integración exitosa está en dejar que el mercado privado, y no los gobiernos, lidere el proceso.
En primera instancia, el exfuncionario señaló que la región tiene un activo muy valioso en el gas natural y una infraestructura de gasoductos ya construida, aunque subutilizada. "Lo importante ahora es facilitar el tránsito y reducir los costos logísticos para que el gas argentino llegue a Brasil y Bolivia", indicó. En ese sentido, recordó que, hace solo una década, Bolivia exportaba 48 millones de m³ por día, pero que hoy enfrenta un fuerte declive.
Según el especialista, el potencial de Vaca Muerta no está en duda; la producción es sólida y competitiva, aunque el verdadero obstáculo es el transporte. "El desafío no es la producción, sino el transporte: hay que revisar tarifas, eliminar trabas impositivas y aprovechar los ductos depreciados para que el gas fluya hacia donde hay demanda", remarcó.
El experto explicó que la infraestructura existente, como los gasoductos bolivianos y el Gasbol , puede reactivarse con inversiones mínimas si se firman contratos firmes y se aplican tarifas realistas. En este sentido, criticó los impuestos que Argentina impone a la salida del gas, así como la alta tarifa de transporte de Bolivia. Es que para él existe una oportunidad concreta de colocar gas argentino en Brasil a precios más competitivos que los que paga actualmente (entre US12 años EE. UU .14 por millón de BTU en zonas industriales).
Asimismo, Ríos Roca se refirió al nuevo escenario político en Bolivia, haciendo hincapié en que los principales candidatos presidenciales tienen una visión "pro mercado y pro inversión privada". "El modelo nacionalista ya fracasó. Hoy tenemos colas, desabastecimiento y una crisis energética profunda. El cambio es necesario y urgente", afirmó.
Sobre el contexto político argentino, el exministro se mostró cauteloso tras las recientes elecciones en la provincia de Buenos Aires, pero expresó su deseo de que el gobierno "corrija el rumbo" y mantenga un enfoque proinversión. "Sin confianza, las empresas se van. Y sin inversión, no hay futuro. Necesitamos que Argentina no vuelva atrás", concluyó, subrayando la importancia de la estabilidad para atraer capitales.