La relación entre Nicki Nicole y Lamine Yamal, delantero del FC Barcelona parece atravesar un momento de gran conexión. Sin ocultarse, pero evitando declaraciones mediáticas, ambos han optado por mostrarse juntos solo en situaciones puntuales donde la narrativa la manejan ellos. Esa combinación de naturalidad y reserva se convirtió en la clave para esquivar los comentarios que antes los señalaban.
En los últimos días, las apariciones de Nicki Nicole en la rutina del Lamine Yamal llamaron la atención. No solo lo acompaña desde su casa hasta los entrenamientos, sino que directamente conduce su auto y lo deja en la puerta de la Ciutat Esportiva. Ese pequeño gesto cotidiano funciona como una forma de convivencia silenciosa, sin escándalos, pero sin esconderse.
El martes 14 de octubre, Nicki Nicole manejó el Cupra del jugador desde su domicilio hasta las instalaciones del club. Él iba de copiloto, tranquilo, como si se tratara de una rutina instalada. Al día siguiente repitieron el trayecto: salida temprana y llegada directa al predio, donde él tenía que entrenar a las 11 de la mañana. Apenas lo dejó, la cantante ingresó brevemente y se retiró pocos minutos después.
Lo que nadie esperaba fue lo que hizo al salir. Lejos de escabullirse, se detuvo frente a un grupo de chicos que la reconocieron y comenzaron a pedirle fotos. Bajó la ventanilla, se tomó su tiempo e incluso bromeó al ver tanta juventud disponible a esa hora. “¿No tienen colegio?”, lanzó con sorpresa. La respuesta fue inmediata: había paro escolar y muchos aprovecharon para esperarlos allí.
Durante un minuto completo firmó autógrafos y posó con varios fanáticos. Lejos de las actitudes distantes o tensas que suelen rodear a figuras en medio de rumores, ella se mostró relajada, empática y sin guardia alta. Esa reacción pareció funcionar como un mensaje indirecto: no hay nada que ocultar y tampoco intención de alimentar polémicas.
La pareja ya había estado en boca de todos después de una cita en helicóptero que compartieron en redes, justo cuando él estaba terminando una recuperación física. Las críticas no tardaron en aparecer y todo lo que él hace fuera de la cancha se amplifica al instante. Por eso, esta nueva forma de mostrarse —espontánea, cercana y sin escándalos— parece parte de una estrategia para restarle dramatismo a su historia.
Entre gestos cotidianos, cierto humor y la decisión de no responder a los comentarios, el vínculo se sostiene lejos del ruido. Sin negar lo que sienten, buscan controlarlo antes de que otros lo conviertan en espectáculo.