El regreso de Lowrdez Fernández a los escenarios no pasó desapercibido. La ex integrante de Bandana volvió a sentir la energía del público, esta vez como una de las artistas invitadas en el show de A Teens en el Teatro Gran Rex. Su presencia generaba expectativa luego de los hechos que la tuvieron en el centro de la atención mediática durante la última semana, y su aparición se convirtió en una muestra de fuerza frente a la adversidad.
En su performance junto a Germán “Tripa” Tripel, Lowrdez Fernández se mostró segura, feliz de volver a cantar, y con una actitud desafiante hacia las circunstancias que la rodean. Sin embargo, un pequeño resbalón se transformó en el momento más significativo de la noche. Tras tropezar en el escenario, la artista tomó el micrófono y lanzó una frase que resumió todo: “Un tropezón no es caída”. El público respondió con aplausos y gritos de apoyo, entendiendo el mensaje más allá del accidente.
Entre las butacas, su papá siguió de cerca la presentación, acompañándola con una mirada de orgullo. La cantante aprovechó el instante para dedicarle palabras de agradecimiento, y también dirigió un amoroso reconocimiento a su pareja, a quien definió como “mamá” ante la emoción de los presentes.
Quien no estuvo en la sala fue Mabel, su madre, querellante en la causa judicial contra Leandro García Gomez, el ex de Lowrdez Fernández que continúa detenido. La ausencia marcó una distancia inevitable en un contexto familiar difícil, que sigue en desarrollo y bajo investigación.
La artista también dio detalles sobre los preparativos de su reaparición sobre el escenario. Confesó que había invitado a su compañera de Bandana, Lissa Vera, para que estuviera a su lado en esta noche especial. Sin embargo, Lissa Vera no asistió, decisión que Lowrdez comunicó con sinceridad: “La invité a Lissa pero no quiso venir”.
Esa mención abrió la puerta a un recuerdo reciente: la denuncia que Lissa Vera realizó contra García Gomez por el presunto delito de “privación de la libertad”. Es una situación compleja que involucró a ambas y que dejó marcas visibles.
Aun así, Lowrdez Fernández eligió dejar atrás el miedo y priorizar su pasión. Su vuelta al Gran Rex fue una declaración pública de resiliencia: la música sigue siendo su refugio y su forma de avanzar pese a todo. Anoche, más que una presentación, fue un renacer.
 
 