En los últimos días, el nombre de Marcelo Tinelli quedó nuevamente en el centro de la escena por los conflictos familiares que lo rodean. Y mientras varias figuras aprovecharon ese revuelo para lanzar opiniones filosas, Gladys Florimonte tomó el camino contrario: salió a respaldarlo sin medias tintas… y, de paso, apuntó con dureza contra Mariano Iúdica.
La actriz estuvo invitada a Con Carmen (El Nueve), donde revivió la época en la que compartió trabajo con el actual conductor de Polémica en el Bar. Apenas surgió el tema, Florimonte encendió la mecha recordando cómo fue aquel vínculo detrás de cámaras. “Yo trabajé cuando hicimos Gran Cuñado que él hacía de peluquero y empezó a crecer y fue a Este es el Show después de cuatro años. Lo mete el pelotudo de El Chato Prada, son amigos”, lanzó, sin filtro.
Su descargo no terminó ahí. Más bien, recién empezaba. Molesta con las críticas que Iúdica hizo sobre Tinelli en los últimos días, arremetió con una definición que dejó helado al estudio. “Mariano es un chupamedias y desagradecido, es un pelotudo porque gracias a Marcelo tiene un country, un auto de alta gama. Opiná pero no lo mates a Marcelo”, gritó, visiblemente indignada.
El clima se tensó aún más cuando la humorista explicó por qué decidió involucrarse en la discusión mediática. Para ella, la reciente ola de cuestionamientos hacia Tinelli no es solo injusta, sino también hipócrita. “Estoy enojada porque veo todos los programas y me hartan que pisoteen a Marcelo que le dio laburo a todos. Han estado en programas que se han hecho millonarios. Yo soy más que agradecida y lo banco a morir y son una mierda todos los que critican a Marcelo Tinelli. Estoy podrida de que lo estén pisoteando, no tienen memoria”, sentenció, elevando todavía más la temperatura del debate.
En medio de las idas y vueltas entre excompañeros del universo Tinelli, las palabras de Gladys Florimonte se convirtieron en una de las defensas más contundentes del conductor. Su testimonio no solo reflota viejas internas, sino que también evidencia que, para algunos, la lealtad pesa más que cualquier tormenta mediática.