Marta González abrió su corazón y habló sin reservas sobre su salud, revelando que está atravesando una nueva etapa en su lucha contra el cáncer. Actualmente, la actriz se encuentra realizando quimioterapia para combatir un cáncer secundario con metástasis.
En diálogo con Puro show, Marta explicó: “Esta es la cuarta quimio que me hago en mi vida. Pero esta pasó de grado, es un cáncer secundario. Cuando es secundario, quiere decir que empieza la metástasis”. A pesar del desafío que implica, afirmó: “Están tratando de pararme la metástasis y yo pongo mi cuerpito y mis ganas”.
Aunque el tratamiento demanda un desgaste considerable, la artista no dudó en regresar a los escenarios. Actualmente protagoniza, junto a Rodolfo Ranni, la obra “Negociemos... Una historia de amor”, una propuesta que le devolvió el entusiasmo por el trabajo.
“A veces digo ‘estoy loca, ¿cómo voy a hacer una gira?’ Pero la obra es preciosa, por eso me entusiasmó la idea de trabajar con el Tano. Me llamaron cuatro veces antes y dije que no, que no podía, y cuando me llamó Damián Sequeira para hacer una obra con Rodolfo Ranni le dije que sí”, recordó entre risas.
La incertidumbre y el miedo también forman parte de su día a día. Marta confesó: “Antes de empezar a ensayar, de leer la obra, todos los días pensaba ‘¿será hoy?, ¿me moriré hoy?’”.
Respecto al diagnóstico, contó cómo detectó la recurrencia de la enfermedad: “Tenía como una dureza, un bultito y era la metástasis. Hace 24 años que lo estoy peleando y le estoy ganando”.
Un mensaje de lucha y querer vivir
Para ella, rendirse no es una opción. “Hay dos formas: o te entregás o luchás. No hay otra. Y a mí no me gusta entregarme. Me hace feliz mi casa, ver las luces de los edificios, ir al teatro, ver a mis compañeros haciendo un buen trabajo. Eso me da vida”, aseguró con convicción.
Marta también recordó con emoción a su hijo Leandro, fallecido en 2001 en un accidente de tránsito en México. “Mi hijo sigue vivo en mí, sigue vivo en todos los que me lo recuerdan. Eso es estar vivo”, expresó.
Con un toque de humor, la actriz relató su reacción al conocer la noticia: “Cuando me dijeron que tenía cáncer, estaba sola. Fui al médico y después pedí una sesión con mi terapeuta suplente. Le conté lo que me pasaba y le dije: ‘Fui a comprarme un camisón para internarme, pero como no conseguí uno lindo, me compré un vestido’. Y el psicoanalista me dijo: ‘Usted no se va a morir. Alguien que se compra un vestido no tiene ganas de morirse’”.