El carisma de Andy Chango se convirtió en una de las sorpresas más disfrutadas de esta temporada de MasterChef Celebrity. Con su humor impredecible y su estilo despreocupado, el músico logró ganarse al público. Pero detrás de esa imagen relajada, hubo un comienzo mucho más difícil del que pocos sabían.
En una charla con el canal de streaming Gelatina, Andy confesó que los primeros días dentro del reality no fueron tan divertidos como parecían. “Estaba como qué hago yo acá. Porque los futbolistas hablaban con los futbolistas, los influencers con los influencers, los periodistas de fútbol con los periodistas de fútbol y yo... El Peque Schwartzman, que a mí me gusta el tenis, pero no hablaba mucho y se le acercaban todos para hablarle a él y no encontraba el hueco”, recordó, entre risas y sinceridad.
Esa sensación de desubicación lo acompañó durante los primeros encuentros con el resto de los participantes. “Sentí como una soledad espantosa”, admitió, comparando su experiencia con un regreso involuntario a la infancia. “Fue exactamente como ir al primer día de clases diciendo ‘mamá, sácame de acá’”, agregó, dejando ver que la adaptación no fue inmediata.
Con el correr de los días, sin embargo, el panorama cambió. Andy contó que logró integrarse al grupo y encontrar su propio lugar dentro del juego. “Con el correr de los días empecé a tener relaciones, a pasarlo lindo. En producción y todo te tratan bien desde el minuto uno, todo esto pasaba por mi mente, pero está bien cuidada la gente. Me fui haciendo con la situación y, cuando entró Walas, fue un respiro”, explicó, destacando el compañerismo que terminó apareciendo entre cámaras y delantales.
Fiel a su estilo ácido, el músico también se tomó con humor la competencia y reflexionó sobre las motivaciones de cada participante. “Yo siempre digo que este tipo de programas tienen dos tipos de concursantes: los que quieren ganar y los que peleamos el descenso. Hay un cúmulo de gente más ambiciosa que quiere realmente ganar, y otros vamos a tratar de que alguien siempre cocine peor. Es confiar en eso”, bromeó, dejando en claro su particular manera de tomarse el reality.
Lejos de los egos y las presiones típicas del formato, Andy Chango eligió vivir su paso por MasterChef como una experiencia humana más que como una competencia. Y si bien empezó sintiéndose fuera de lugar, terminó demostrando que su autenticidad era, justamente, el ingrediente que le faltaba al programa.