El inicio del día fue más intenso de lo que Lissa Vera esperaba. Pasadas las nueve de la mañana, apareció en vivo en el programa de Moria Casán para hablar de la interna que volvió a sacudir a Bandana, pero antes de entrar en cualquier tema quedó completamente descolocada por la reacción de la conductora al verla recién levantada, sin maquillaje y con signos de agotamiento evidente.
Moria Casán, que nunca se guarda nada, no pudo evitar expresar su sorpresa al ver a la cantante en un estado que reflejaba la presión de las últimas semanas. Lissa Vera venía arrastrando un profundo desgaste emocional por el conflicto con Lowrdez Fernández y por la situación que atraviesa desde que denunció a Leandro García Gómez por violencia de género hacia su compañera. Ese combo, según había contado en LAM, terminó impactando de lleno en su ánimo y en su cuerpo.
Apenas apareció en pantalla, Moria Casán lanzó sin filtro una frase que dejó claro su impacto: “Hola Lissa, ¿cómo estás? ¿Qué pasó? Me asustó un poquitito verte así. Digo ‘la desperté’. Está estresada”. La sinceridad de la diva generó un instante incómodo, aunque rápidamente decidió suavizar el momento con un gesto de cariño.
“Está muy bien que salgas como se te canta. ¡Me muero! Te quiero”, expresó Moria Casán con su estilo inconfundible, marcando un contraste entre la sorpresa inicial y su tono afectuoso posterior. Ese guiño pareció relajar a Lissa, que venía acumulando tensión desde hace días por el conflicto que se intensificó en la antesala del show que Bandana dará el 23 de noviembre en el Teatro Gran Rex.
Una vez acomodadas, la charla se volcó de lleno en el tema central. Lissa Vera enfrentó sin rodeos las preguntas sobre la explosiva interna y sobre su decisión de bajarse de todas las notas previas al espectáculo. Lissa Vera no solo quiso explicar su postura, sino también hacer públicas ciertas tensiones que, según contó, vienen arrastrándose dentro del grupo desde hace tiempo.
Entre las declaraciones más contundentes, Lissa desmintió rumores sobre el funcionamiento del proyecto: “Quiero aclarar algo: Bandana, hasta donde yo sé, no tiene manager. Nadie maneja Bandana”, dijo con firmeza. Luego profundizó en su propio esquema laboral, destacando la importancia de su hermano en su día a día: “Yo tengo mi manager, que gracias a Dios es mi hermano, y que me cuida de gente non santa”.
Ese concepto, que despertó el interés inmediato de Moria Casán, llevó a Lissa Vera a exponer que alrededor de la banda circularon personas con intenciones poco claras. “La gente non santa… es lo que molesta. Hay varios que ya limpiamos, gente que ya limpié durante todo el año. La periferia limpia. Siempre quieren trabajar y buscan sus propios intereses. Ya no estamos para que nos coman vivas”, remató, dejando en evidencia que la guerra interna está lejos de apagarse.