Hace un año, Araca Teatro abrió sus puertas en su nuevo espacio de Virgen de Luján 1555, frente al mirador del río Neuquén. Fue el inicio de una etapa renovada para el histórico grupo que, bajo la conducción de Lala Vega, lleva más de dos décadas apostando por el arte independiente en la región.
“Este cambio ha sido más que bueno. Ahora tenemos un espacio mucho más amplio: sala de teatro, pub y un enorme parque para disfrutar en primavera, verano y otoño”, contó Lala en una entrevista en el programa Entretiempo por AM550. La docente, actriz y directora de teatro destacó que el nuevo lugar le permite “tener todo armado, dejar las escenografías listas y actuar más, que es lo que más me gusta hacer”.
La celebración comienza este jueves con Desgracia con suerte, una comedia que hace reír a carcajadas al público. El viernes llega La edad de la ciruela, de Arístides Vargas, dirigida por Guillermo Troncoso y protagonizada por Lala junto a su hermana, Luciana Vega. “Es una obra preciosa, con un texto increíble y mucho humor. Estoy feliz de hacerla con mi hermana”, confesó.
El sábado, la medianoche del aniversario se recibe con una roda de samba junto a músicos de la casa y artistas invitados. Y el domingo 17, día exacto del cumpleaños, subirá a escena La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus, una comedia inteligente que celebra el valor de las palabras. “En estos tiempos en que se eliminan palabras, es fundamental revalorizarlas y entender la riqueza de nuestro lenguaje… y hacerlo con humor es aún mejor”, remarcó.
Más allá de la programación especial, Araca Teatro se convirtió en un punto de encuentro cultural durante todo el año. Cada domingo, por ejemplo, ofrece tardes de juegos de mesa junto a la estufa a leña y pizzas al horno de barro. “Estamos formando un público que se retroalimenta: el que viene al teatro también viene a escuchar música y viceversa. Eso es hermoso de ver”, destacó Lala.
Para la actriz y directora, el motor sigue siendo la experiencia única que ofrece el vivo: “El teatro es ese instante irrepetible en el que nosotros salimos a escena y el público está ahí, sintiendo la misma temperatura, respirando lo mismo. Nunca más se repite, y eso es mágico”.
Con ese espíritu, Araca Teatro celebra un año de vida en su nueva casa: con arte, música, comida y, sobre todo, la pasión intacta de un equipo que hace del encuentro cultural su mayor festejo.