En una reciente aparición en el programa Otro Día Perdido, Gustavo Cordera sorprendió al público con un gesto que llevaba pendiente desde hace casi una década. El exlíder de Bersuit Vergarabat aprovechó la entrevista con Mario Pergolini para referirse, por primera vez de manera directa, a las polémicas palabras que en 2016 lo dejaron en el ojo de la tormenta.
El episodio que marcó su trayectoria se remonta a una charla con estudiantes de periodismo en TEA ARTE, donde sus dichos sobre las mujeres, el consentimiento y la ley provocaron un rechazo inmediato. Aquellas frases, difundidas rápidamente en los medios, lo convirtieron en el centro de una condena social y judicial que lo obligó a apartarse de los escenarios.
La justicia lo imputó por el delito de “incitación a la violencia colectiva”, lo que derivó en un proceso legal que culminó con una probation y, finalmente, su sobreseimiento en 2020. Sin embargo, el alivio judicial no logró borrar el profundo impacto en su imagen. Gustavo Cordera describió ese tiempo como una “muerte social”, señalando que durante años solo recibió condena y rechazo.
En distintas entrevistas posteriores, el músico defendió su postura y llegó a compararse con figuras históricas como Jesús, Gandhi o Martin Luther King, lo que no hizo más que alimentar las críticas en su contra. Incluso en su paso por el canal de streaming Gelatina, insistió en que fue víctima de una “persecución organizada”.
La diferencia en su última aparición radicó en un giro de tono. Esta vez, Gustavo Cordera eligió pedir disculpas públicas por el daño causado. “Fue un error, un momento histórico y un lugar desubicado. Lastimé a mucha gente y quiero cerrar esa herida”, expresó, frente a la atención del conductor y el aplauso del público presente.
El músico reconoció que no puede exigir perdón, pero sí ofrecer un gesto de reparación. “Las canciones son puentes para sanar y me gustaría que esta sociedad también encuentre la manera de integrarse, porque el amor es la única forma de reparación”, agregó.
Su declaración generó sorpresa y abrió nuevamente el debate en las redes sociales. Muchos usuarios celebraron que, al menos, haya pedido disculpas; otros, en cambio, sostuvieron que llega tarde y que el daño provocado no se borra con un discurso.
A nueve años de aquella charla con estudiantes, Gustavo Cordera buscó dar un cierre a una herida abierta. Su pedido de perdón no cambia lo ocurrido, pero marca un intento de reconciliación con un público que nunca volvió a ser el mismo después de aquel 2016.