Hay discos que no son solo discos. Son cápsulas de tiempo, himnos colectivos, recuerdos en loop que atraviesan festejos: cumpleaños, casamientos y noches interminables de amigos. Si alguien buscara un sonido capaz de definir la alegría popular en los años noventa, lo encontraría en “Mi vida loca”, el álbum de Los Auténticos Decadentes que en 1995 salió a patear el tablero del rock en español. Treinta años después, esa obra maestra vuelve a sonar más viva que nunca, en cada encuentro donde alguien saca una guitarra.
Porque si algo tienen Los Decadentes es que lograron lo imposible: construir un cancionero que suena en el mismo lugar donde explota el rock barrial, donde late la murga, donde se enciende la cumbia y donde hasta el más tímido levanta los brazos. Y todo eso lo hicieron como lo que siempre fueron: una cooperativa de amigos que empezó en 1986 con espíritu anárquico y que, casi sin querer, se convirtió en una de las bandas más queridas de América Latina.
Hoy, “Mi vida loca” regresa en vinilo, gira mundial, vino propio y hasta taxis intervenidos, confirmando que lo bueno nunca termina.
Un disco que nació distinto
En 1995, el rock argentino estaba en otra cosa. La escena transpiraba letras densas, política y existencialismo. Y en ese contexto, Los Auténticos Decadentes salieron con un arranque que parecía una confesión de parte: “Y tuve una revelación, ya sé qué quiero en esta vida, voy a seguir mi vocación, será la música, mi techo y mi comida”. Humor y sinceridad al palo. Esa era la carta de presentación de Mi vida loca, un álbum que mezclaba ska, cuarteto, punk, reggae, pop rock y cumbia en un menú de 14 canciones que no pedía permiso para nada.
El resultado: clásicos instantáneos. “La guitarra”, con Guillermo Nimo —sí, el ex árbitro— gritando en el estribillo y todo un himno a los que sueñan con ser artistas y no empleados de oficina. “El murguero”, homenaje eterno a las comparsas que hacen vibrar los carnavales. “Diosa”, celebración de la feminidad como musa, mito y religión. Y “El pájaro vio el cielo y se voló”, un himno al desamor con alas propias. Canciones que, lejos de envejecer, hoy parecen más vigentes que nunca.
Para la propia banda, este fue un punto de quiebre. “Fue el primer disco que sonó bien, que decíamos ‘¡guau!’. La banda ya tenía casi diez años, ya tocábamos un poco mejor, habíamos aprendido a grabar. Fue como una madurez que hizo un discazo, una mezcla de juventud y experiencia”, cuentan entre risas. Y no exageran: Mi vida loca marcó su ingreso a una nueva liga, la de los artistas capaces de llenar estadios, sonar en radios de toda América y convertirse en soundtrack oficial de la vida popular.
Desde entonces, las canciones del disco no solo acompañaron generaciones: también se metieron en las canchas, en las marchas, en la cultura popular. Los Decadentes no fueron nunca solo una banda de rock: fueron, y siguen siendo, una usina de fiesta transversal.
Treinta años después, la celebración
Tres décadas más tarde, la fiesta se reinventa. De la mano de Sony Music, el disco regresa en formato doble vinilo remasterizado, con un bonus de lujo: tres versiones sinfónicas junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza dirigida por Popi Spatocco. Y como frutilla del postre, un bonustrack histórico: “La guitarra” con Andrés Calamaro.
La celebración, claro, no queda solo en la música. Se presentó en un evento el vino Cabernet Franc desarrollado por el grupo junto a bodega Las Perdices, parasu línea Rock & Perdices. Y hasta hay una línea de taxis intervenidos artísticamente por la banda que ya circula por Buenos Aires. Porque, si son Los Decadentes, la fiesta se tiene que expandir a todos los sentidos. Y como no podía faltar, viene también el costado documental: Mi vida loca tendrá su propio testimonio audiovisual, narrado por los músicos, con material de archivo inédito y anécdotas de esas que solo se cuentan después de tres décadas de ruta.
Pero lo central, lo que hace vibrar, es el vivo. El Tour 30 Años arrancóel 15 de agosto en Montevideo y se extenderá por toda Argentina, Perú, Paraguay y México durante 2025. Para 2026, las fechas confirmadas incluyen Chile, España, Alemania y Francia. Entre tanto, ya hay paradas fuertes: dos Movistar Arena en Buenos Aires para el 26 y 27 de septiembre.
Y en esa gira llevarán no sólo la lista interminable de hits sino ese espíritu de banda-cooperativa que nunca se perdió. Doce músicos sobre el escenario —Cucho, el Perro Serrano, Mosca, Nito, Animal, Patito, Capanga y compañía— que siguen tocando como si estuvieran en un garage de 1986, pero con la certeza de que lo suyo ya es historia grande. Y que cada vez que suena, vuelve a poner de pie hasta el más tímido, para cantar, bailar, abrazarse y recordar que, mientras haya Decadentes, siempre habrá fiesta.