No fue un repaso cualquiera de su carrera: en una charla con Mario Pergolini en Otro día perdido, Soledad Silveyra volvió a poner sobre la mesa una de las escenas más comentadas de la tevé argentina. Esa en la que Osvaldo Laport le declaraba a cámara “necesito hacerte el amor”, un momento que con los años se transformó en meme y que todavía sigue circulando con fuerza en redes sociales.
La actriz no esquivó el recuerdo y, entre risas, contó que aquella química con Laport iba mucho más allá de lo que se veía en pantalla. “Esa novela iba a la una de la tarde y teníamos, no sé, no quiero exagerar, 25, 30 puntos… Hay capítulos que tienen 37 puntos de rating. Nosotros con Osvaldo nos divertimos muchísimo, muchísimo en esta novela”, recordó con nostalgia.
Lo más curioso llegó cuando confesó cómo se resolvían las escenas subidas de tono. “Él inventaba dónde hacer el amor, hasta que un día me dice, ya lo habíamos hecho en todos lados”, contó Soledad Silveyra, dejando en claro que la improvisación y el humor eran parte del rodaje.
Y, como si la ocurrencia no alcanzara, reveló la propuesta más desopilante que recibió de su compañero: “Un día me dice, vamos a hacerlo en un caballo, le digo, ¿qué? Al trote. Y lo hicimos. Nosotros inventábamos”. La anécdota generó carcajadas en el estudio y reforzó la idea de que esa dupla vivía las grabaciones con un nivel de frescura difícil de repetir hoy en la televisión.
La actriz también marcó las diferencias con los tiempos actuales. Según explicó, no en todas las producciones había tanta libertad creativa: “Había esa libertad en las novelas, en esta sí, en otras no, no tanto, se daba cuenta de la frescura de lo que hacíamos”, señaló, subrayando el clima de juego que caracterizó a esa ficción.
Lo cierto es que detrás de ese fragmento que el público convirtió en viral, había un vínculo profesional cargado de complicidad. Soledad Silveyra dejó en claro que, más allá de la intensidad de los guiones, lo que se veía en pantalla también era fruto de la confianza mutua y de la capacidad de divertirse con lo que hacían.
En tiempos donde los memes se consumen y desaparecen en horas, sorprende que aquella escena de Osvaldo Laport y Silveyra siga tan viva. Quizás porque, como dijo la actriz, lo que transmitían era genuino: un juego sin dobles vueltas que terminó marcando a toda una generación de televidentes.