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A un año de la muerte de Jorge Lanata, así lo homenajearon sus hijas

Bárbara y Lola recordaron a Jorge Lanata con mensajes íntimos y emotivos en redes, a un año de su partida.

Por Redacción

Martes, 30 de diciembre de 2025 a las 17:55
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El calendario marcó una fecha dura para la familia de Jorge Lanata y, sin estridencias, sus hijas eligieron hacerle un homenaje simple, personal y lleno de sentido. Sin grandes textos ni largos discursos, apelaron a imágenes y frases que, en su síntesis, dicen mucho más de lo que escriben.

Lola, la menor, fue la primera en compartir su recuerdo. Publicó una foto en blanco y negro de cuando era chica, sentada junto a su papá en un estudio de radio, ambos con auriculares. No agregó palabras: solo un corazón rojo. Más tarde, subió otra imagen abrazada a Jorge Lanata, donde sí dejó un mensaje directo y lleno de gratitud: “Me tocaron los mejores papás del mundo”. Una frase corta, contundente y cargada de emoción.

Bárbara, en cambio, eligió otro camino. No optó por un posteo explícitamente sentimental, sino por una imagen sugerente: un hombre en actitud reflexiva, acompañada de la frase en inglés “tries to remember what day it is”. Ese juego con el paso del tiempo traduce algo que muchas veces cuesta poner en palabras: cuando alguien falta, las fechas se vuelven extrañas, y la memoria funciona a su propio ritmo.

Al recuerdo de las hijas se sumó también Sara Stewart Brown, madre de Lola, que escribió un texto profundo sobre el duelo y la sensación de vivir en una especie de tiempo suspendido. “¿Cuánto es un año? Un año puede ser un montón o muy poco y cuando se te muere alguien la percepción del tiempo se vuelve difusa… En mi mundo Lanata es infinito”, compartió, abriendo una ventana a lo que significa transitar la ausencia de Jorge Lanata en lo cotidiano.

En otro posteo, Sara publicó una foto de Jorge Lanata tomada para el calendario Huesped 2006 y agregó una metáfora que lo describe más allá del periodista: el hombre que “teje su propio abrigo”, alguien que construyó su camino desde chico y que, para su entorno, dejó una huella imposible de medir.

Sin actos formales ni homenajes públicos, el aniversario encontró a la familia recordándolo a su manera: con imágenes, con silencios, con pequeñas frases que sostienen el vínculo. A un año de su muerte, los posteos de sus hijas y de quienes lo amaron muestran que el tiempo pasa, pero la presencia —esa que se siente todos los días— sigue ahí, intacta.

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