El video de Valeria Aquino mostrando a su hija de 12 años al volante de una camioneta desató indignación, críticas y un fuerte debate sobre los límites, la exposición y la responsabilidad de los adultos. La ex pareja de El Polaco quedó en el centro de la polémica, señalada por haber filmado y difundido algo que está expresamente prohibido. En medio de ese vendaval, eligió compartir una carta que la nena le escribió y que reavivó la discusión desde otro lugar, más íntimo pero también incómodo.
Las imágenes, registradas en un camino rural, mostraban a la adolescente conduciendo mientras la madre grababa. La repercusión fue inmediata: cuestionamientos en redes, preocupación desde organismos oficiales y una ola de repudio que no tardó en escalar. Ese mismo día, Valeria Aquino decidió publicar el mensaje de su hija, una manera de mostrar el vínculo entre ambas, pero que también fue leída por muchos como un intento de suavizar el impacto.
En la carta, la nena se dirige a su mamá con ternura absoluta y palabras que tocan una fibra sensible. Lo hace sin mencionar el escándalo, pero dejando ver admiración y cariño profundo: “Feliz día ma, espero que la pases hermoso y que sepas lo buena mamá que sos y que vas a ser siempre. Que sepas lo mucho que te amo y te admiro como persona“. El contraste entre la dulzura del texto y la gravedad del hecho generó sentimientos encontrados.
La adolescente continúa describiendo lo que siente por su madre y vuelve a poner el eje en el agradecimiento: “Siempre me diste todo para que no me falte nada. Una sonrisa intentas sacarme en mis momentos malos, y bueno, aunque a veces nos enojamos, siempre podés contar conmigo“. Y cierra con otra declaración cargada de afecto: "Te amo muchísimo, disfruta todo que te lo mereces“. La carta, lejos de pasar inadvertida, sumó otra capa al debate.
Mientras tanto, el costado legal avanzó. La Agencia Nacional de Seguridad Vial pidió la inhabilitación de la licencia de Valeria Aquino tras evaluar el video viral. Conducir siendo menor está prohibido y, además, la nena llevaba mal colocado el cinturón de seguridad. Para el organismo, no se trata solo de una imprudencia aislada, sino de un mensaje peligroso que se replica cuando se difunde sin filtros.
Lo que quedó claro es que el episodio no tendrá sólo consecuencias administrativas. La carta puso en escena el vínculo madre-hija, pero no logró borrar la sensación de que hubo una conducta riesgosa y un ejemplo equivocado. El cariño existe, sí, pero la responsabilidad también, y eso es precisamente lo que gran parte del público remarcó.
Entre el amor que se lee en cada línea y la crítica que sigue firme, el caso de Valeria Aquino expone un doble plano: la intimidad y la exposición, el afecto y el límite. La carta emociona, pero al mismo tiempo recuerda que pedir disculpas —de forma explícita o no— no alcanza cuando lo que está en juego es la seguridad de una menor y de todos los que la rodean