Yanina Latorre protagonizó uno de los momentos más conmovedores de los últimos años en LAM, al quebrarse en llanto en pleno vivo y confesar el profundo impacto que le genera dejar el programa. La panelista atraviesa sus últimos días en el ciclo de espectáculos y la carga emocional quedó expuesta frente a cámaras, con una frase que resonó fuerte: “No imagino la vida sin LAM”.
El próximo 23 de diciembre marcará un antes y un después en la carrera de Yanina Latorre, quien se despedirá oficialmente del programa tras casi una década ininterrumpida. Convertida en una de las “angelitas” históricas, su figura fue clave en el crecimiento del ciclo y en la construcción del estilo filoso que la caracteriza.
Durante la emisión previa a su despedida formal, Ángel de Brito abrió un espacio especial para hablar del tema. Le recordó a Yanina Latorre la enorme cantidad de programas compartidos y el recorrido que hicieron juntos. Ese repaso fue suficiente para que la emoción la desbordara y no pudiera contener las lágrimas.
“Estoy empezando a sufrir”, admitió Yanina Latorre con la voz quebrada cuando Ángel de Brito le preguntó cómo se sentía. El intercambio fue sincero, íntimo y atravesado por el cariño mutuo. La panelista reconoció que la decisión de irse no es sencilla y que el programa forma parte esencial de su vida cotidiana.
En medio del diálogo, La Barby intentó ponerle humor y le pidió que no se fuera si eso le generaba tanto dolor. Sin embargo, Yanina Latorre fue contundente al explicar el trasfondo de su angustia: “Son diez años. No me imagino la vida sin LAM”, lanzó, dejando en claro el peso simbólico del cierre.
Ángel de Brito, por su parte, intentó tranquilizarla recordándole que las puertas del programa siempre estarán abiertas. También anticipó que la despedida será especial y cargada de sorpresas, con homenajes y momentos pensados especialmente para ella.
Más allá de su salida de LAM, Yanina Latorre no se aleja de los medios. Continuará al frente de SQP en América, seguirá con su trabajo en radio y analiza nuevos proyectos que, por ahora, mantiene bajo reserva. Su agenda sigue llena, pero el vacío emocional es inevitable.
La despedida de Yanina Latorre confirma que LAM no es solo un programa de espectáculos, sino un espacio de vínculos, historias y pertenencia. El llanto en vivo dejó en evidencia que, detrás del personaje filoso, hay una mujer profundamente atravesada por el final de una etapa clave de su vida profesional.