Todo podría ser una escena de la película ochentosa "El regreso de los muertos vivientes", pero es la realidad. La uruguaya Gladys Rodríguez de Duarte se encontraba internada en un sanatorio de la localidad Coronel Oviedo debido a un cáncer. Fueron los médicos que la declararon muerta y fue ahí cuando emprendió sin saberlo el viaje a la funeraria.
Según la información que publica el portal La Nación de Paraguay, los trabajadores de la funeraria advirtieron al personal de salud que algo extraño pasaba con la mujer y en un primer momento se negaron a retirarla porque la “fallecida” aún se movía.
Ante el temor de los trabajadores, una de las enfermeras tratantes les aseguró que la paciente estaba fallecida y que los movimientos se debían al efecto del oxígeno.
Según los datos entregados por la policía que tomó el reporte de lo sucedido para iniciar una investigación, el cuerpo de la mujer fue entregado a la funeraria Duarte e Hijos en una bolsa mortuoria.
Finalmente se dieron cuenta que la mujer presentaba signos vitales cuando la preparaban para el velatorio. Tras el susto, la paciente fue trasladada de vuelta al hospital, donde la estabilizaron y continúa su batalla contra el cáncer.