Peligro de accidente nuclear

Ucrania: la central de Zaporiyia fue "violada"

La visita de Naciones Unidas a Ucrania permitió comprobar la presencia de material bélico ruso en la codiciada central nuclear.
lunes, 12 de septiembre de 2022 · 12:31

La guerra en Ucrania iniciada el último 24 de febrero por Vladimir Putin ya superó su sexto mes. En estos 180 días han perdido la vida casi 6.000 civiles, según datos de la Naciones Unidas. Paralelamente, 11.150.000 personas han huido de Ucrania, cruzando la frontera hacia otros países de Europa. Otras 6.645.000 fueron desplazadas de sus hogares y forzadas a relocalizarse en otras partes del país.

Si bien son varios los campos de batalla, la central nuclear de Zaporiyia es uno de los puntos centrales de los enfrentamientos y, quizá, el que se lleva la mayor atención de la comunidad internacional. El desarrollo de los combates y el lanzamiento de artillería pesada entre las fuerzas rusas y ucranianas genera preocupación en la comunidad internacional, ya que ponen en riesgo la seguridad de la central. Particularmente, existe el riesgo de que se produzca una fuga radiactiva peor incluso que las de Fukushima y Chernóbil -2011 y 1986, respectivamente-, producto de un ataque intencional o un error de cálculo pueda desatar una catástrofe nuclear sin precedentes.

 

 

Kiev ha acusado al Ejército ruso de bombardear la localidad de Energodar, donde se encuentran las instalaciones. En tanto, Moscú alega que las fuerzas ucranianas han intentado atacar la central utilizando drones. Además, Ucrania recientemente anunció que ha comenzado una ofensiva en el sur del país con el objetivo de romper las defensas rusas en la provincia de Jersón.

En este marco, un equipo de inspectores de Naciones Unidas viajó a Zaporiyia mientras continúan los enfrentamientos en los alrededores de la central nuclear más grande de Europa, con el objetivo de evaluar los daños en las instalaciones de Zaporiyia. La visita generó polémica desde el mismo momento en que comenzó a barajarse la posibilidad de que tuviera lugar. Primero, fue muy difícil que Rusia y Ucrania se pusieran de acuerdo para que expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Las autoridades ucranianas fueron las primeras que se opusieron al viaje argumentando que la presencia de una misión internacional allí legitimaría la ocupación rusa. Luego, el gobierno de Volodimir Zelensky cambió de postura e instó al organismo a monitorear la situación. Fue tan solo el 20 de agosto que el Kremlin comunicó su aval, luego de que el presidente francés Emmanuel Macron interviniera en el asunto. Una vez de acuerdo y realizada la visita, las versiones desde uno y otro lado también fueron muy divergentes y despertaron más polémica.

Expertos aseguran que existe el riesgo de que se produzca una fuga radiactiva peor incluso que las de Fukushima y Chernóbil producto de un ataque intencional o un error de cálculo pueda desatar una catástrofe nuclear sin precedentes.

 

¿Qué encontraron los expertos de la OIEA?

La conclusión más relevante del equipo de la OIEA liderado por el argentino Rafael Grossi, fue que "la integridad física" de la central nuclear ucraniana fue "violada". El mandamás del organismo aseguró que "es evidente que la integridad física de la planta fue violada en varias ocasiones" y agregó que "esto no puede volver a suceder". "Yo mismo vi impactos, agujeros de los bombardeos, (…) lo que es inaceptable por razones de seguridad", completó. Es decir, los enfrentamientos entre las partes definitivamente pusieron en peligro a la central nuclear, y a toda Europa, por cierto.

En principio, el informe asegura que se encontraron municiones y vehículos militares rusos en el interior de las turbinas, lo cual expone al gobierno ruso, que había negado esta situación en reiteradas oportunidades. También se encontraron misiles clavados en el extenso terreno que ocupa la central, aunque no quedó clara la pertenencia de estos misiles. Rusia y Ucrania se acusan mutuamente, aunque lo más relevante es que, definitivamente, la central nuclear estuvo en serio riesgo y podría seguir estándolo.

Pero la polémica entre ambos países no se limitó a asignar culpas al otro respecto del armamento encontrado, o del deterioro generado en las instalaciones. Ambos bandos hicieron correr versiones opuestas sobre la hostil recepción que sufrió el equipo de Grossi. En las cercanías de la zona se registraron bombardeos mientras el equipo de la OIEA se acercaba al lugar. Ucrania asegura que se trató de una estrategia clásica del manual ruso: aceptan las visitas internacionales, se muestran colaborativos, pero luego hacen sentir en carne propia su hostilidad. Pero Rusia acusa al tándem Volodomir Zelensky – Boris Johnson, y asegura que fuerzas locales junto con miembros conducidos por el MI6 britànico fueron neutralizadas por el fuego ruso en Energodar, cuando intentaban acercarse a la central nuclear para retomar el control. Versiones al margen, lo cierto es que Grossi, al conocer estos episodios, decidió avanzar de todas maneras con la visita.

 

Ganadores y perdedores

El gobierno ucraniano fue muy crítico con Grossi, con quien el presidente se había reunido horas antes de la visita. Según Zelensky, "La desmilitarización de la central de Zaporiyia es el objetivo clave, y la cuestión aún no ha sido abordado por el OIEA tal como habíamos acordado el pasado martes en Kiev”. Zelensky aseguró que en su reunión con Grossi habían acordado que los objetivos de la visita eran la desmilitarización y la devolución del control total al personal ucraniano. Asimismo, el presidente ucraniano habría acordado con Grossi que de la visita participarían periodistas independientes. Nada sucedió, y el ambicioso deseo de Zelensky lejos estuvo de cumplirse.

Por su parte, Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, afirmó que "en general, valoramos muy positivamente el hecho de que, pese a todas las dificultades y problemas, incluidos los vinculados con las acciones provocadoras de la parte ucraniana, esta misión haya llegado y comenzado a trabajar". Estas declaraciones fue el insumo para que Ucrania asegurara que Rusia manipuló la visita, aprovechando el control que tiene sobre la planta.

 

La OIEA, con la misión de evitar un desastre nuclear

Si bien Grossi y varios miembros de la organización dejaron la planta, algunos inspectores se quedarán conviviendo con las tropas rusas y los empleados ucranianos, intentando bajar la tensión y reducir el riesgo de que un enfrentamiento pueda dar lugar finalmente a un episodio nuclear de características catastróficas. "Me preocupa la integridad física (de la planta), el suministro de electricidad y el personal", dijo Grossi, quien agregó que se aspira a realizar "una evaluación imparcial, neutral y técnicamente sólida de lo que está sucediendo" en la planta. Todo indica que, mientras la OIEA se mantenga allí, los enfrentamientos cesarán, o no afectarán aún más la integridad de la central. De esta manera, se mantendría el status quo, con Rusia al mando y Ucrania reclamando retomar el control, lo cual alimenta el descontento del presidente Zelensky.

 

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