En una decisión de impredecibles consecuencias, el gobierno francés ha optado por aprobar la polémica reforma de las pensiones por decreto, un mecanismo que permite evitar una votación en la Asamblea Nacional. La decisión de recurrir al artículo 49.3 de la Constitución la tomó el presidente, Emmanuel Macron, junto a la primera ministra, Élisabeth Borne.
La noticia se conoció unos minutos antes que el proyecto se votara en la Asamblea Nacional. Al confirmar que no podía juntar la mayoría suficiente, Macron convocó de urgencia un Consejo de Ministros, y optó por el decreto. Si bien logró su reelección el año pasado, el presidente de Francia perdió la mayoría absoluta.
Se llega a esta situación tras dos convulsionados meses en las calles de Francia. Marchas y huelgas paralizaron parcialmente los transportes y varios servicios públicos, como la recolección de residuos. Esta medida revela también lo importante que es para Macron que se apruebe esta reforma.
Según los primeros análisis, esta decisión podría reactivar y profundizar las movilizaciones en las calles. Para frenar la reforma que aumentaría de 62 a 64 años la edad de jubilación, a la oposición le queda una posibilidad: en 24 horas debe presentar una moción de censura al gobierno de Borne y ganarla.