En la madrugada, residentes del Complexo da Penha trasladaron más de 60 cadáveres a la plaza São Lucas tras hallarlos en la zona boscosa entre los complejos del Alemão y de la Penha. La Defensa Civil llegó al lugar para retirar los cuerpos y confirmó que la cifra oficial de muertos ascendió a 132 en lo que se convirtió en la operación policial más letal de la historia del estado de Río de Janeiro. La abogada Flávia Fróes, presente durante la retirada, denunció que varios cuerpos presentaban "marcas de disparos en la nuca, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas", y calificó la intervención como "la mayor masacre de la historia de Río de Janeiro".
Los cuerpos, alineados en la plaza, estaban rodeados de habitantes del barrio que intentaban identificar a sus familiares. Entre escenas desgarradoras, una mujer gritaba "Policía asesina, ¿dónde está mi hijo?", mientras otra madre encontró a su hijo de 20 años con la muñeca atada en la zona boscosa. Uno de los cadáveres no tenía cabeza, que fue transportada en una bolsa, y menores de edad participaron en las tareas de remoción de los cuerpos.
El operativo "Contención" involucró a unos 2.500 policías fuertemente armados que ingresaron a dos zonas populares del norte de Río para combatir al Comando Vermelho, la mayor organización criminal de la ciudad. La operación dejó además cuatro policías muertos y 81 personas detenidas. Las calles de Río quedaron desiertas durante la noche del martes, con bares y restaurantes cerrados y hasta farmacias 24 horas que cesaron actividades, en un clima que los vecinos compararon con los primeros días de la pandemia de COVID-19.
Organizaciones y defensores de derechos humanos solicitaron a la Comisión Interamericana de DDHH la presencia de interventores y peritos internacionales en Río. La ONU se mostró "horrorizada" por la operación y pidió una investigación inmediata sobre lo ocurrido. El gobernador Cláudio Castro informó de la muerte de 60 sospechosos en lo que llamó la "mayor" operación policial de este tipo, mientras el alcalde de Río aseguró que la ciudad ya volvió al nivel de "normalidad" habitual, pese a que la autopista Grajaú-Jacarepaguá no fue liberada hasta las 3:30 de la madrugada.