Durante la COP30 celebrada en Belém, Brasil presentó el primer plan mundial dedicado exclusivamente a la adaptación climática en el ámbito de la salud, denominado Plan de Acción de Salud de Belém. Este proyecto propone una serie de medidas orientadas a robustecer los sistemas sanitarios nacionales frente a los impactos provocados por el cambio climático, poniendo especial atención en las comunidades más vulnerables.
El ministro de Salud, Alexandre Padilha, resaltó la importancia de esta iniciativa y destacó que el presidente Lula da Silva ha encargado que esta cumbre sea una "conferencia de implementación y verdad", subrayando la urgencia de avanzar desde la reflexión hacia acciones concretas y coordinadas para adaptarse y enfrentar los desafíos climáticos.
Los planes de desarrollo
El plan fue desarrollado en cooperación con los gobiernos de Reino Unido, Egipto, Azerbaiyán y Emiratos Árabes Unidos, y se estructura en tres ejes principales: la monitorización constante de datos relacionados con clima y salud, la construcción de infraestructuras sanitarias resistentes a desastres naturales y la garantía de atención médica continua a las poblaciones más expuestas a los efectos del cambio climático.
Para llevar adelante estas acciones, Brasil contará con recursos provenientes de su presupuesto nacional y buscará complementar la financiación mediante aportes privados y multilaterales. Con esta estrategia, el país pretende colocar la salud humana en el centro de la agenda climática internacional y fomentar respuestas integrales y coordinadas frente a la crisis climática y sanitaria que atraviesa el mundo.