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España enfrenta la ola de calor más intensa desde 1950 con incendios que arrasaron 350.000 hectáreas

La Agencia Meteorológica Nacional informó que la ola de calor de agosto fue la más fuerte registrada, con temperaturas hasta 4,6°C por encima de lo normal, mientras 15 grandes incendios siguen activos, afectando severamente al noroeste del país.

Por Redacción

Lunes, 25 de agosto de 2025 a las 14:28
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La ola de calor en España generó multiples incendios.

España atravesó en agosto una ola de calor que la Agencia Meteorológica Nacional (Aemet) calificó como la más intensa desde que existen registros. Este fenómeno extremo duró 16 días y finalizó el 18 de agosto, destacándose especialmente el período entre el 8 y el 17 de agosto, que fue el conjunto de diez días consecutivos más cálido en el país desde al menos 1950.

La Aemet informó que las temperaturas superaron en 4,6°C las máximas normales de una ola de calor, superando incluso la ola registrada en julio de 2022, que tuvo una desviación de 4,5°C. Desde 1975, se han registrado 77 olas de calor en España, de las cuales seis presentaron anomalías de 4°C o más, y cinco de esas seis ocurrieron desde 2019, evidenciando una tendencia al aumento de estos fenómenos extremos.

Cómo impacta este calor en la salud

El impacto en la salud ha sido grave: según estimaciones provisionales del Instituto de Salud Carlos III, la ola de calor podría haber causado 1149 muertes entre el 3 y el 18 de agosto, cifra calculada a través del sistema “MoMo”, que analiza las variaciones de mortalidad diaria en comparación con datos históricos. Aunque no se puede establecer una relación causal absoluta, estas cifras representan la mejor aproximación de fallecimientos relacionados con esta ola de calor.

En julio, el mismo sistema atribuyó unas 1060 muertes al calor, un aumento de más del 50% respecto a julio de 2024, lo que refleja la creciente gravedad de estas olas térmicas.

Además de su impacto en la salud, las elevadas temperaturas han alimentado incendios forestales que aún afectan a España y Portugal, causando ocho víctimas fatales y devastando más de 400.000 hectáreas en ambos países.

En el noroeste español, donde la emergencia forestal es especialmente crítica, permanecen activos 15 focos de gran magnitud. La directora de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, informó que aunque la situación muestra señales de mejoría lenta, la bajada progresiva de temperaturas nocturnas podría ayudar a controlar los incendios. Sin embargo, la llegada de vientos del sur aumenta el riesgo de reactivación, por lo que se mantiene un alto nivel de alerta.

Este riesgo se confirmó con episodios recientes, como el incendio de Porto que saltó de Zamora a León, obligando a evacuar a más de 300 habitantes de La Baña, y un nuevo foco en Garaño que puso en peligro a nueve localidades pequeñas, incluyendo Viñayo, con apenas 80 vecinos.

Castilla y León sigue lidiando con diez grandes incendios activos, mientras en Asturias preocupan los incendios de Degaña, Cangas del Narcea y Somiedo, que ya han consumido más de 6000 hectáreas.

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, reconoció la dificultad de la situación y resaltó la necesidad de un cambio en las condiciones meteorológicas, como un descenso de las temperaturas, mayor humedad, vientos del norte o lluvias, para avanzar en el control de los incendios.

En Galicia, la provincia de Ourense, la más afectada, comienza a estabilizar la emergencia tras perder cerca de 90.000 hectáreas, alrededor del 15% de su monte. Aún permanecen fuera de control dos grandes incendios: Carballeda de Valdeorras, con 4000 hectáreas quemadas, y Chandrexa de Queixa, con más de 30.000. No obstante, se logró detener el avance de los incendios más devastadores, como el de Larouco, que arrasó 44.000 hectáreas y es el más grande en la historia de Galicia, y el de Oímbra, con más de 28.000 hectáreas calcinadas.

El paisaje en el sureste de Ourense muestra la magnitud del desastre: campos ennegrecidos, huertas y viñedos transformados en cortafuegos improvisados, vecinos que han perdido colmenas y ganado, y aldeas enteras en alerta constante ante posibles reactivaciones. Técnicos explican que “es como si los incendios tuvieran una segunda vida”, ya que raíces encendidas pueden reavivar las llamas.

La ola de calor en España generó multiples incendios.

La esperanza está puesta en la llegada de un frente lluvioso a mediados de esta semana, lo que podría marcar el inicio del fin de esta emergencia prolongada.

La provincia de Zamora, en Castilla y León, una de las regiones más envejecidas de España, fue duramente golpeada por los incendios que consumieron más de 350.000 hectáreas en todo el país, y donde se vivieron momentos dramáticos durante los desalojos de personas mayores.

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