GIRA PRESIDENCIAL
Fernández en Rusia: Un paso adelante, dos hacia atrás
Las polémicas declaraciones del presidente complican otra vez las negociaciones con el FMI, y hasta pueden generar una nueva crisis internacional, que se suma a la interna.
La semana pasada, con cautela pero con satisfacción también, el presidente Alberto Fernández anunciaba al país un preacuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Según algunos expertos, las condiciones no eran las mejores para Argentina, pero era lo posible para avanzar en la solución de un gran problema.
Mas allá de la crisis interna que se desató en la coalición gobernante - Frente de Todos- con la renuncia a la presidencia del bloque de diputados nacionales de Máximo Kirchner, y luego de quien la secundaba en el cargo, el Presidente tomó el toro por las astas y rápidamente nombró un reemplazante y pasó a otro tema.
La decisión la tomó mientras miraba el reloj para partir hacia Rusia, China y Barbados , destino agregado a último momento aunque esté a 14 mil kilómetros de distancia, porque "el Caribe lo está pasando mal", y lo visitará como presidente de la Celac.
La delegación llegó a Rusia, y el presidente tuvo una reunión privada y un almuerzo con Vladimir Putin. Tres horas a solas, y una insólita propuesta: "quiero que sepa que tiene en mí un amigo. No queremos depender más de Estados Unidos y del Fondo. Argentina puede ser la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica". Joe Biden y Kristalina Georgieva no podían creer lo que le contaban.
La cancillería había trabajado arduamente en el libreto de Fernández, pero el Presidente optó por dejarlo de lado y decir lo que le inspiró el momento. Y con esa "intuición" volvió a complicar el trabajo del ministro Guzmán, del embajador en Estados Unidos y de varios funcionarios más.
Al frente interno que tiene que superar el gobierno, que es el Congreso, donde la mitad de los diputados propios les va a votar en contra el pre acuerdo, ahora hay que explicarle al Fondo y al gobierno del norte lo que Fernández dijo en Rusia, en medio de una negociación atada con alambre, y ofreciéndole ser socio a un gobierno al que acusan de violar derechos humanos y a punto de invadir Ucrania en su visión expansionista.
El presidente se salió del libreto, y dicen en la Casa Rosada que el daño será "irreparable". Lo que se anunció como la puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica, puede llegar a convertirse en un "muro" que divida las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
