El huracán Melissa, un poderoso ciclón que ha generado daños significativos e inundaciones en Cuba, continúa su desplazamiento por el mar Caribe con una trayectoria que preocupa a las autoridades y especialistas meteorológicos.
Melissa se formó inicialmente como un sistema tropical y fue ganando fuerza hasta alcanzar la categoría 5 al pasar sobre Jamaica, con vientos sostenidos de aproximadamente 300 kilómetros por hora, lo que lo convirtió en el huracán más potente en tocar esa isla en los últimos 90 años.
Tras varias horas sobre Jamaica, el huracán perdió algo de intensidad y bajó a categoría 3. El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, declaró a la isla como una “zona de desastre”, alertando a la población sobre el riesgo persistente de inundaciones y deslizamientos de tierra.
Al aproximarse al este de Cuba, Melissa mantuvo vientos superiores a 200 km/h, fluctuando entre las categorías 3 y 5 de la escala Saffir-Simpson, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos. El ciclón tocó tierra en la isla el miércoles 29 de octubre, causando graves daños.
Las proyecciones oficiales indican que Melissa continuará su rumbo frente a la costa este de Cuba en la mañana del miércoles, para luego atravesar el sureste o centro de las Bahamas durante el día. Se espera que pase cerca o al oeste de las Bermudas entre la noche del jueves y la madrugada del viernes.
Expertos en meteorología atribuyen la rápida intensificación del huracán al impacto del cambio climático. El reconocido meteorólogo Kerry Emanuel señaló que “el calentamiento global está provocando que más tormentas se intensifiquen rápidamente, como ocurrió con Melissa, lo que eleva el riesgo de lluvias extremas”.
Melissa ha sido catalogado como una de las tormentas más peligrosas de la temporada, y los países en su trayectoria se mantienen en alerta ante la posibilidad de nuevos daños y emergencias.