Finalmente la batalla por la jura de Lorena Villaverde en el senado quedó postergada. La presidenta del bloque oficialista en la Cámara Alta, Patricia Bullrich, sufrió su primera derrota: la rionegrina, acusada de vínculos con el narcotráfico, no jurará como el resto de los senadores electos y su diploma fue devuelto a la Comisión de Asuntos Constitucionales. La rebelión radical fue decisiva y dejó al al bloque de La Libertad Avanza con un miembro menos, justo en la antesala de las sesiones extraordinarias.
La noticia estalló como un baldazo de agua fría. Tras días de negociaciones frenéticas, reuniones en despachos cerrados y promesas que nunca se cumplieron, Bullrich confirmó lo que no quería escuchar: no tenía los votos. La UCR se plantó en bloque y dejó a la exministra de sin respaldo.,cuando hasta el martes parecía dispuesta a ceder cinco voluntades El resultado fue inmediato: Villaverde quedó afuera de la jura prevista y su pliego volvió a comisión.
El golpe no fue menor. Bullrich había apostado todo a conseguir una mayoría simple de 36 votos, incluso apelando a las ausencias funcionales de aliados provinciales. Pero nada funcionó. Los gobernadores Alfredo Cornejo y Leandro Zdero desistieron de acompañar, y los representantes de Misiones, Neuquén, Salta y Santa Cruz tampoco quisieron cargar con el costo político de habilitar a una senadora señalada por vínculos con el narco. Así, la estrategia se derrumbó como un castillo de naipes.
La polémica sobre Villaverde no es nueva. El PJ de Río Negro la impugnó con dos antecedentes explosivos: una detención en Estados Unidos por tenencia de cocaína hace más de veinte años, cerrada por la justicia norteamericana pero aún rodeada de sospechas; y su relación con Claudio Ciccarelli, primo y testaferro del narco Fred Machado, detenido por financiar campañas políticas, que le costó la candidatura a José Luis Espert. La sombra del viedmense extraditado vuelve a aparecer: si Villaverde no asume, su banca podría ser ocupada por Enzo Fullone, a quien también señalan por vínculos familiares con el mismo empresario procesado en Estados Unidos.
La decisión de suspender la jura se tomó en la reunión de Labor Parlamentaria, donde los jefes de bloque prefirieron evitar un escándalo en el recinto. El recuerdo del caso de Raúl “Tato” Romero Feris en 2003, bloqueado por Cristina Kirchner y congelado durante tres años, sobrevuela como un fantasma: Villaverde podría quedar atrapada en un limbo institucional que la obligue a renunciar.
De los 20 senadores que esperaba sumar el oficialismo, ahora solo contará con 19. Y justo cuando la Casa Rosada prepara la reforma laboral para las sesiones extraordinarias,El bloque liderado por Bullrich arranca debilitado y con la marca de un escándalo que mezcla política y narcotráfico. “Sería un milagro” aprobar la reforma antes de fin de año, admiten en despachos libertarios. El episodio Villaverde demuestra que en el Congreso todo puede cambiar de un minuto a otro.