La Argentina volverá a probar su acceso al financiamiento en dólares. El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la emisión de un nuevo bono en moneda estadounidense con vencimiento en 2029, un movimiento que el propio funcionario calificó como “un dato importantísimo” en el marco del objetivo oficial de reducir el riesgo país, acumular reservas y despejar compromisos financieros de corto plazo.
El título —identificado como BONAR 2029N— tendrá una duración de cuatro años, ofrecerá un cupón del 6,5% anual y estará íntegramente regido por ley local. La colocación, abierta a inversores que operen en dólares, será utilizada para cubrir parte del fuerte vencimiento previsto para el 9 de enero, cuando el Estado deberá afrontar pagos que rondan los USD 4.300 millones.
Caputo explicó que la estrategia apunta a cancelar obligaciones sin que caigan las reservas del Banco Central, un punto que el Gobierno considera clave para sostener la baja del riesgo país y la mejora de las tasas locales. “Esto nos permite fortalecer el balance del BCRA y seguir generando condiciones para que el crédito vuelva a ser accesible”, afirmó.
A minutos del anuncio, la reacción del mercado fue inmediata: los bonos argentinos avanzaron levemente y el riesgo país retrocedió hasta ubicarse cerca de los 620 puntos básicos, en línea con el mensaje oficial que busca mostrar una curva de tasas en descenso.
La emisión marca un nuevo paso en la estrategia financiera del Gobierno: si bien no significa un regreso pleno a los mercados internacionales —al estar bajo legislación argentina—, sí constituye la primera salida con un bono en dólares desde 2018, cuando Caputo ocupaba la cartera de Finanzas durante la gestión de Mauricio Macri.
Economía destacó que el contexto actual muestra una “compresión de tasas” en los bonos soberanos y que el Tesoro apunta a refinanciar sus vencimientos sin comprometer la acumulación de reservas. Los fondos obtenidos se utilizarán para cancelar parte del capital de los Bonar 30 y Bonar 29, cuyo pago está previsto para enero de 2026.
La recepción de ofertas se llevará a cabo el 10 de diciembre, de 10 a 15, y la liquidación se concretará el 12 de diciembre. Habrá un tramo no competitivo, destinado a pequeños inversores con órdenes de hasta USD 50.000, y otro competitivo, sin tope y con obligación de indicar precio por cada USD 1.000 ofrecidos. Las operaciones deberán canalizarse a través de agentes registrados ante la CNV y el monto final a adjudicar será determinado durante la subasta.
El Tesoro enfrenta un comienzo de 2026 marcado por vencimientos en moneda extranjera, lo que convierte a esta colocación en una pieza central de su hoja de ruta financiera. Con esta emisión, el Gobierno busca ganar aire, ordenar el perfil de deuda y enviar una señal de estabilidad a los mercados en la antesala de un año que exigirá recursos en dólares.