En medio de un fuerte operativo de las fuerzas federales, montado para actuar frente a una nueva marcha de los jubilados frente al Congreso, dejó decenas de heridos y dos detenidos.
Jubilados y curas se acercaron al Congreso, como todos los miércoles, para reclamar por el ajuste en las jubilaciones y falta de entrega de medicamentos.
Como cada miércoles, el Gobierno desplegó un desproporcionado operativo policial para impedir una nueva marcha de los jubilados, en la que volvieron a agredir a los manifestantes, entre ellos un grupo de curas que estaban rezando.
Entre los que estaban rezando se encontraba el cura Paco Oliveira, al que además de pegarle, le tiraron gas pimienta en los ojos y tuvo que ser protegido por periodistas que estaban en el lugar, quienes manifestaron que el aire era "irrespirable" y que lo único que quiere "la policía es demostrar poder para que nadie se manifieste en el país".
"Es muy triste lo que está pasando, se están pasando porque te tiran en los ojos. Me duele el alma, porque la leche que nos tiran en la cara es la que le falta a nuestros pibes. La policía me da pena porque recibe órdenes, aunque algunos te reprimen con saña. Hay que buscar las formas, porque hacemos una misa y se nos van a cagar de risa", manifestó el párroco.