Un episodio de extrema violencia sacudió a la localidad de Medanitos, en el departamento catamarqueño de Fiambalá, donde un joven de 18 años fue salvajemente agredido por un grupo de personas que lo persiguieron durante más de 25 kilómetros. Lo más estremecedor del caso: uno de los atacantes le arrancó de un mordisco parte de la oreja izquierda y, según testigos, se tragó el trozo de carne delante de todos.
La víctima, identificada como Matías Quiroga, sufrió la amputación parcial de la oreja en un contexto de una brutal agresión callejera que, según denunció su familia, fue premeditada. El ataque comenzó cuando Matías, su padre Elio (32) y un amigo volvían de una estancia con un animal para una celebración familiar. Al detenerse en un comercio de Medanitos, fueron interceptados por varios sujetos que comenzaron a hostigarlos verbalmente sin razón aparente. El episodio derivó rápidamente en golpes y amenazas.
En un intento desesperado por escapar, los jóvenes emprendieron la huida hacia Fiambalá, pero los agresores los siguieron en otro vehículo, dando lugar a una persecución de más de 25 kilómetros. Una vez alcanzados en las calles de esa ciudad, la violencia se desató con ferocidad: Matías fue derribado y golpeado. En medio del tumulto, uno de los atacantes, identificado de manera informal como “Rivero”, le arrancó parte de la oreja izquierda de un mordisco. La escena se tornó aún más macabra cuando testigos afirmaron que el agresor ingirió el pedazo de carne frente a los presentes.
Qué dijo la familia
La madre del joven, María Siares, habló con el medio local Multimedios Abaucán y denunció entre lágrimas lo que definió como “una emboscada” y “un intento de linchamiento”. También manifestó su indignación por la falta de detenidos, y por una medida judicial que, en una insólita decisión, prohíbe a las víctimas acercarse a sus atacantes. “Mi nieto necesita una operación urgente, atención psicológica… y encima nos tenemos que cuidar de no cruzarnos con los que lo atacaron, como si fuéramos nosotros los culpables”, expresó con impotencia.
Según relatan vecinos y allegados, los agresores son conocidos en la zona por su conducta violenta, en particular contra jóvenes que se reúnen en la plaza del pueblo a escuchar música en sus autos. De hecho, estos antecedentes habrían sido el detonante de conflictos previos con la familia Quiroga. La comunidad de Medanitos y Fiambalá no sale de su asombro ante la violencia del ataque, que dejó a Matías con secuelas físicas y emocionales severas.
La causa está siendo investigada por la Fiscalía de la 5ª Circunscripción Judicial de Tinogasta. La policía local continúa con la recolección de testimonios y el análisis de cámaras de seguridad, mientras crece el reclamo social por justicia. En redes sociales, medios y en la calle, los vecinos piden medidas ejemplares: “No se puede tolerar esta impunidad”, afirman. La familia, por su parte, difundió imágenes que muestran las secuelas del ataque, en un intento desesperado por visibilizar lo ocurrido y evitar que el caso quede en el olvido.