El presidente, Javier Milei, estalló de furia cuando, hace un mes, la oposición convirtió en ley en el Senado el aumento a los jubilados, la vuelta a la moratoria previsional y la declaración de la emergencia en discapacidad. Su malestar creció esta semana, cuando el mismo bloque opositor dio media sanción en Diputados a los fondos para universidades públicas y a la ley Garrahan, además de rechazar los decretos delegados que reorganizaban organismos del Ministerio de Economía e intervenían en transporte, cultura y el Banco Nacional de Datos Genéticos.
La debilidad numérica de La Libertad Avanza en ambas cámaras es una realidad que Milei enfrentó con éxitos puntuales, cuando logró sumar el respaldo de un grupo de gobernadores que incluía aliados circunstanciales del kirchnerismo. Entre ellos, Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). Sin embargo, el endurecimiento de su postura frente a los reclamos provinciales por fondos le hizo perder apoyos clave en votaciones recientes. Pese a ello, el Presidente ratificó que vetará todas las leyes contrarias a su programa económico las veces que sea necesario, según confirmó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
En ese marco, Milei busca ahora votos entre gobernadores aliados y no tan aliados para sostener sus vetos a jubilaciones, moratoria y discapacidad. El viernes, en cadena nacional, adoptó un tono de campaña electoral y lanzó: “Si quieren volver atrás me van a tener que sacar con los pies para adelante”. La frase apuntó tanto a la oposición parlamentaria como a un grupo de mandatarios que transitan una “avenida del medio”: Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz), quienes ya piensan en las presidenciales de 2027.
La tensión política también se trasladó al terreno electoral, con el cierre de alianzas entre La Libertad Avanza y el PRO en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires. No faltaron polémicas, como el uso del lema “Nunca Más” con la tipografía del informe de la CONADEP en una bandera contra el kirchnerismo. Mauricio Macri y Karina Milei sellaron el acuerdo tras un cara a cara, aunque el ex presidente había advertido que resistiría “la posición dominante” que, finalmente, impusieron los libertarios. El próximo desafío será definir las candidaturas al Congreso, en medio de vetos internos a algunos nombres del PRO.
Con la economía golpeada por la suba del dólar en julio y problemas para generar empleo formal que alivie el déficit del sistema previsional, Milei confía en llegar a las elecciones bonaerenses de septiembre y a las nacionales de octubre con respaldo popular. Sin embargo, en la Casa Rosada admiten que la provincia de Buenos Aires es un escenario incierto, con riesgo de derrota en la Tercera Sección Electoral y dudas sobre si un triunfo en la Primera será suficiente. En sus 23 minutos de discurso del viernes, el Presidente acusó a la oposición de “destruir el superávit fiscal”, “quebrar la economía” y “llevarnos al abismo”, anticipando el tono confrontativo que marcará la campaña.