En un nuevo miércoles de movilización, distintas organizaciones sociales se concentraron en las inmediaciones del Congreso de la Nación para reclamar contra los recortes presupuestarios y exigir medidas concretas en áreas sensibles como educación, salud y jubilaciones. La protesta coincide con una sesión especial en la Cámara de Diputados, convocada por la oposición, en la que se debaten proyectos clave.
Desde el mediodía, columnas de jubilados, estudiantes universitarios y trabajadores del Hospital Garrahan comenzaron a agruparse en la Plaza de los Dos Congresos, que amaneció completamente vallada. El operativo de seguridad fue desplegado por fuerzas federales, que restringieron el acceso a las inmediaciones del edificio legislativo.
A medida que en la Cámara de Diputados se debatía la derogación de decretos del Poder Ejecutivo, en las calles se desplegaba un megaoperativo policial que avanzó con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma contra manifestantes de diversos sectores.
Uno de los principales reclamos está vinculado al financiamiento universitario, primer punto del temario acordado por los bloques opositores. La iniciativa busca garantizar partidas presupuestarias para las casas de altos estudios, tras el fuerte ajuste aplicado por el Gobierno nacional en lo que va del año.
Otro de los temas centrales es la propuesta para declarar la emergencia en pediatría por dos años, que contempla la asignación prioritaria e inmediata de recursos al sector, declara al Hospital Garrahan como centro de referencia nacional en atención de alta complejidad y exige garantizar su pleno funcionamiento.
Entre los manifestantes, se destacó la presencia de profesionales médicos, administrativos y técnicos del Garrahan, nucleados en ATE y en la Asociación de Profesionales y Técnicos del hospital, quienes se movilizaron para exigir el tratamiento urgente del proyecto.
El clima en las inmediaciones del Congreso es de fuerte tensión, en una jornada atravesada por el descontento social y la presión política hacia el oficialismo, que mantiene su postura de contención del gasto público pese al creciente malestar.