La Cámara de Diputados dio este miércoles media sanción al proyecto de ley que busca garantizar el financiamiento de las universidades nacionales, en una jornada marcada por el avance opositor en temas sensibles para el oficialismo. La iniciativa, impulsada por bloques opositores y avalada por rectores del sistema público, obtuvo un amplio respaldo de 158 votos afirmativos, frente a 75 rechazos y 5 abstenciones. Sin embargo, no logró alcanzar los dos tercios necesarios por apenas un voto, lo que deja abierta la posibilidad de un eventual veto presidencial.
Se trató de la primera votación dentro de una mega sesión con fuerte contenido político y económico, que además incluyó en su temario la declaración de emergencia en pediatría —en respuesta a la crisis que atraviesa el Hospital Garrahan— y propuestas impulsadas por los gobernadores para coparticipar el impuesto a los combustibles líquidos y repartir automáticamente los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
El proyecto aprobado propone que los fondos para el funcionamiento de universidades, hospitales universitarios y partidas de investigación se actualicen automáticamente por inflación. También ordena la convocatoria a paritarias en un plazo de tres meses para recomponer los salarios del personal docente y no docente, y contempla aumentar las becas estudiantiles.
La iniciativa fue presentada por el bloque Democracia para Siempre, una escisión del radicalismo, en coordinación con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que agrupa a los rectores de las universidades públicas.
El resultado dejó a la oposición en una posición estratégica: aunque no logró la mayoría especial, el nivel de apoyo parlamentario obtenido podría facilitar una insistencia legislativa si el presidente Javier Milei decide vetar la ley, como ya hizo con una norma similar el año pasado.
Desde el oficialismo, los diputados libertarios rechazaron el proyecto argumentando que representa un riesgo fiscal para las cuentas del Estado. Consideran que una actualización automática por inflación pondría en jaque el superávit primario, piedra angular del plan económico del Gobierno.
La jornada parlamentaria dejó en evidencia la tensión creciente entre el Congreso y el Ejecutivo, con una oposición cohesionada en torno a la defensa del sistema universitario, que ya había generado una histórica movilización social en abril. El escenario queda ahora a la espera de la definición del Senado y de la posible reacción de la Casa Rosada.