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Miércoles 03 de Septiembre, Neuquén, Argentina
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El Senado se parece cada vez más a un ring: se viene una sesión por el veto a Discapacidad y la reforma de los DNU

El rechazo a la ley de Discapacidad amenaza con convertirse en el golpe más duro al Gobierno, en un contexto de enojo social imparable.

Por Redacción

Miércoles, 03 de septiembre de 2025 a las 13:10
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La grieta al rojo vivo

El Senado discutirá desde las 11 de la mañana de este jueves, dos temas que exponen, como pocas veces, la miseria de la política argentina: el veto a la ley de emergencia en discapacidad y la regulación de los Decretos de Necesidad y Urgencia.

La oposición huele sangre y busca devolverle un golpe a Javier Milei, que acumula denuncias y enfrenta un debilitamiento evidente. El kirchnerismo, mientras tanto, se relame con la posibilidad de exponer al Presidente, pese a que arrastra su propio descrédito y un historial de fracasos que la sociedad no olvida.

Discapacidad: la bomba que detonó el Congreso

El veto presidencial a la ley de discapacidad encendió la mecha de un enojo generalizado. En Diputados ya se lo rechazaron de manera contundente y ahora el Senado se prepara para lo mismo.

Si se confirma, será la primera vez en más de 20 años que un veto queda anulado. El golpe político es enorme: Milei quedará contra las cuerdas y la oposición festejará, aunque todos saben que la pelea no es por la gente sino por ganar poder en medio del caos.

Reforma de los DNU y más bronca social

El debate también incluirá la reforma de la normativa de los DNU, otro terreno de batalla que enfrenta a oficialismo y oposición. Mientras tanto, la gente sigue sin ver soluciones a la inflación, la pobreza o la inseguridad.

La bronca crece: Milei acumula críticas por su estilo de gobierno y el kirchnerismo aparece como un fantasma que la sociedad ya no soporta. La sensación es clara: en el Congreso se pelean por todo, menos por lo que de verdad importa.

El hartazgo que nadie escucha

La sesión de este jueves no será recordada por lo que se vote, sino por lo que refleja: una clase política que se hunde en disputas internas mientras el país se derrumba.

Oficialistas y opositores alimentan el odio de la gente, que ya no distingue colores: los miran a todos con el mismo desprecio.

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