La Santa Rita nunca se fue del todo, sin embargo en los últimos años ha recuperado su lugar de privilegio, incluso en casas de diseño contemporáneo o terrazas urbanas.
Su aspecto silvestre, sus colores intensos que van del fucsia clásico al blanco, anaranjado, rojo o púrpura y su capacidad para cubrir estructuras en poco tiempo, la convirtieron en imprescindible para el paisajismo actual.
Originaria de Brasil, se ha ganado un lugar en jardines, pérgolas y galerías de todo el mundo. Si se lo propone, puede crecer hasta los 12 metros.
Lo ideal es plantarla en el exterior, a pleno sol. Cuanto más luz solar reciba, más intensa será su floración. Puede ubicarse en tierra directa o en maceta grande, pero cualquiera sea su sitio, siempre necesita buen drenaje.
Los lugares que más le gustan son la paredes orientadas al norte o al oeste. Ahí puede trepar con libertad, aferrarse a pérgolas, rejas o muros y crecer sin límites.
También se la puede guiar para que funcione como cerco vivo, aunque de esta forma crecerá más en altura que en desarrollo horizontal.
A pesar de su apariencia delicada es una planta resistente, lo importante es entender sus tiempos y sus necesidades.
El exceso de agua puede afectarlas e inhibir la floración. Requiere de un riego moderado y un suelo más bien seco. Un buen drenaje es necesario para evitar el encharcamiento.
Se recomienda podar a fines del invierno o comienzos de la primavera, antes de los nuevos brotes. Esto asegura una floración abundante.
Es conveniente abonarla una vez por mes, en primavera y verano. Hay productos específicos para floración que le van muy bien.
La Santa Rita o Bouganville, ama el calor. En zonas donde el invierno es muy frío puede perder parte del follaje o entrar en estado latente. En esos casos se aconseja protegerla del viento y del frío extremo (las mantas anti heladas son muy efectivas).
Y aquí un dato curiosos, lo que vemos y llamamos flores, son en realidad brácteas, unas hojas modificadas que rodean a la verdadera flor, mucho más pequeña y blanca.
Esas brácteas son las que deslumbran y hacen de la Santa Rita una planta tan espectacular, dándole el poder de atraer polinizadores con sus vibrantes colores.