En la semana, el crudo bajó y el GNL subió

Durante la primera semana de agosto el precio del crudo tuvo una recaída producto del aumento del inventario de petróleo de Estados Unidos, a lo que se suma un inesperado incremento de contagios de Covid-19.

Los signos de una demanda débil marcaron el ritmo de los contratos a futuro. El viernes 6 de agosto el WTI cerró a U$S 68.17 el barril y el Brent cotizó U$D 70,64 para los contratos de septiembre, registrando una caída de 1,33% y 0,91% respectivamente.

El sentimiento general en los mercados petroleros sigue siendo cauteloso, ya que en varios estados de China y Estados Unidos enfrentan nuevamente una importante oleada de casos de Covid-19 que influyen en la estabilización de los indicadores de demanda.

Para algunos analistas, las tensiones en el Golfo Pérsico impulsaron el riesgo geopolítico y una ligera presión sobre los precios en los primeros días de agosto, que luego fue contrarrestada por el incremento del inventario de crudo de Norteamérica.

Por otro lado, habrá que comenzar a observar detenidamente el mercado de GNL y las perspectivas de mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que Vaca Muerta es la segunda reserva mundial de no convencional de gas natural.

Las metas impuestas para el 2030 y 2050 están impulsando los precios de GNL en el mercado asiático. En esta semana, los precios de gas natural licuado alcanzaron el máximo de los últimos ocho años producto de la creciente demanda inducida por las altas temperaturas.

Según la información de los sitios especializados, el precio del mmBtu para septiembre alcanzó los U$S 17 en los principales mercados asiáticos, lo que marca un aumento de U$S 1,5 por mmBtu en la semana.

Estas leves señales indican hacia donde se dirigen los mercados globales. Lo cierto es que la posibilidad de avanzar internamente con el proyecto de un nuevo gasoducto y la necesidad de acordar un nuevo marco normativo para el desarrollo de la industria hidrocarburífera serán los nuevos desafíos de los próximos años.